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Situado junto a la Plaza Mayor, aquí se come lo mismo que en las calles de la provincia china de Cantón, siguiendo las recetas auténticas que no han sido adaptadas a los paladares occidentales. Eso es lo que afirman sus responsables, propietarios también de Running Sushi in Osaka o Ninja Ramen, dos restaurantes consagrados a la cocina oriental que lo están petando en la capital. El sitio toma su nombre de la capital gastro de Asia por antonomasia, Hong Kong, considerada el epicentro de la comida callejera con sus bulliciosos dai pai dong (puestos de street food).
La decoración mantiene ese rollo urbano, inspirado en la estética que dominaba la ciudad en la década de los 70, repleta de puestos de comida que sirven comida hecha al momento. Periódicos de la época sujetos a sus paredes, mesas formadas por tableros del tradicional juego Mahjongr, réplicas de patos laqueados colgando de la barra, luces de neón, sillas y mesas metálicas estilo terraza y un suelo de cemento que simula el asfalto son los ingredientes que completan esa ecléctica y cautivadora escenografía.
En la cocina vista, situada al fondo del salón, se afanan chefs nativos para preparar una oferta hasta ahora inusual en Madrid. Es una de las claves del éxito de este restaurante en el que no hay plato que no resulte satisfactorio. Desde los dim sums, entre los que sobresalen las Jiaozi o Empanadillas caseras de pato con foie, los Siu Mai de cangrejo y gambas, o el Song lu ji rou jiao, o pasta de arroz rellena de pollo con trufa. A los principales, entre los que reina el Pato asado estilo Hong Kong (hecho al estilo cantonés, y no al pequinés como acostumbran a hacer los restaurantes chinos de Madrid) y que se sirve con obleas y verdura cortada en juliana. Aunque no es el único plato sobresaliente.
Son también muy loables las Cazuelas de arroz cantonés al horno, el Repollo chino con panceta a la olla caliente, así como el Nido de tallarines crujientes con pollo y verduras. El capítulo de Arroces y Tallarines, en el que se engloba este último plato, es el que más alegrías proporciona a los fans de la comida asiática. Ellos son los que ha convertido en best sellers el Wok de arroz de pato y la Sopa de tallarines con won-ton.
Su oferta se completa con mochis caseros para el postre (en este asiático, sí conviene terminar con un bocado dulce), cervezas chinas, menú del día y servicio de take away y delivery para aquellos que quieran darse el banquete en casa o no han logrado hacer reserva en este siempre concurrido local.