‘Todos tenemos una tortilla dentro’, dice el eslogan de este nuevo punto de encuentro gastronómico frente al Retiro. Y razón no le falta. Ya sea la de nuestra madre, la de la abuela o la del restaurante de la esquina, todos adoramos una tortilla de patata por encima todas las cosas. La Clueca sabe que la nostalgia es clave para conquistar los paladares más exigentes, de ahí que se haya instalado en Madrid para rendir tributo a la tradición española, la cocina casera, el buen servicio y darle una vuelta de tuerca (ligera, sin pasarse de rosca) a los platos de toda la vida. Los que gustan a todos y nunca cansan.
La Clueca es el templo del huevo. Desde el nombre del local hasta la decoración de este nuevo restaurante situado en la milla de oro del tapeo madrileño, que nada más entrar nos recuerda al corral de una granja (con rejas en los cristales, muebles de madera y paredes recubiertas de falsa paja), pero lo que realmente nos pone ‘la piel de gallina’ es la carta. La tortilla de patata es la protagonista de este gallinero. Hay más de veinte variedades cocinadas a partir de 24 ingredientes y divididas en clásicas y especialidades del chef. Los comensales pueden elegir desde el formato más tradicional (con o sin cebolla, con chorizo o pimiento) hasta versiones tan originales como La Toscana (con tomate seco, cebolla, queso cheddar y albahaca), La Cordobesa (con salmorejo, jamón y huevo), La Carbonara (con bacon, cebolla, champiñón y nata) o La Sibarita (con queso de cabra, cebolla caramelizada y nueces). Aunque también se pueden elegir los ingredientes a la carta, lo mismo que el punto: muy hecha o poco cuajada. La esencia de La Clueca es hacerlas y servirlas en el momento, recién hechas y bajo comanda. Gracias a un exclusivo sistema de elaboración en la plancha, que emplea un ‘aro sellador’ en lugar de una sartén, las tortillas se sirven en tiempo récord (dos minutos y medio) con toda su frescura. Y es que, para mantener todo el sabor del huevo de corral, los cocineros trabajan la clara y la yema del huevo por separado para evitar usar huevina.
La mano derecha de la tortilla de patata es el pollo asado. En La Clueca se sirven los nuggets más deliciosos de todo Madrid. Jugosos pedazos de carne de pollo sin alterar, nada de conglomerados, adobada de diferentes maneras: mediterránea, oriental, con especias o picante. Para completar la oferta, ‘entre panes’, sopas, ensaladas y los vistosos cascarones, una receta única a base de crema de tortilla de patata con jamón, bacalao y calabacín, para mojarse los dedos. La carta está regada con cervezas y vinos de nivel, servidos como vinos de la casa. Caprichos cien por cien caseros y tradicionales que se pueden tomar en el salón, en la coqueta terraza con manteles de cuadros frente al parque o pedir para llevar. Y a mediodía, en lugar de menú, La Clueca nos propone hacer un picnic en el Retiro a base de ensalada, delicias de pollo, tortilla a elegir y bebida.
* Fotos Paco Montanet