¿Hacia dónde nos llevan las tendencias en café para 2021?
Es una realidad: sin verlo venir hemos pasado de pagar 1€ por una taza que pasa sin pena ni gloria por nuestra boca a tragos dignos de cata a preguntar cuál es el origen del café y cómo ha sido tostado. Nos preocupamos de una producción justa y sostenible, del tostado artesano de los granos de café y del packaging que llega hasta nuestras manos. ¿Verdad que ya no tomas el café en el primer lugar que tengas al alcance? ¿Y que pones atención en cómo se sirve el café, pidiendo el tipo de leche y azúcar -en el caso de que lo prefieras dulce- que más te guste? Entonces toma nota porque te contamos las últimas tendencias en el sector de las cafeterías.
Hemos despertado y caído en la cuenta de que la buena materia prima se paga y el café no debe ser una excepción. En especial, el público millennial anhela constantemente productos bien elaborados y comprometidos con la sostenibilidad, la trazabilidad y el esfuerzo de los negocios independientes. La tendencia principal es el tueste artesanal elaborado en el café de especialidad. En Madrid tenemos tostadores como el de Hola Coffee o Toma Café en los que cobra importancia la figura del barista: un profesional que no solo hace dibujos con espuma en la taza, sino que convierte tu café en un trago inolvidable.
La bollería además debe estar al mismo nivel. Otra tendencia muy 2021 está claramente protagonizada por la buena repostería. Locales como Misión Café o Pum Pum serían buenos ejemplos madrileños. También queremos buen pan y repostería salada, como vemos en locales estilo Acid Bakehouse o Alma Nomad Bakery.
Si eres vegetariano, vegano, alérgico o intolerante hay una leche para ti en estas cafeterías. Y otra tendencia más: leches vegetales para barista. Con un cambio en sus ingredientes consiguen una textura cremosa sin recurrir a la opción animal. Por otro lado, hay un nuevo público que se ha dado cuenta de que bebidas como la de almendra o coco tienen consecuencias negativas para el medio ambiente, por lo que se empiezan a priorizar las bebidas de avena o semillas.
Los jóvenes son más propensos a elegir café frío en comparación con personas más mayores. Se atreven más con los nuevos formatos y entre ellos triunfa el cold brew, que elaboran partiendo de una infusión de agua fría y se ha disparado como el trago de moda.
Pero no queda ahí la cosa: el uso de café en cócteles en cualquier formato también viene pisando fuerte. La vida nocturna está más prohibida que nunca, pero un afterwork a media tarde donde encaja un cóctel con café seguirá siendo objeto de deseo. Tragos como el café con vodka y caramelo o incluso mojitos de café sin alcohol serán más habituales.
Luego está el café de colores. Suena a locura, pero ya es una realidad que se espera vaya en aumento. Conceptos como el pinklatte (un café rosa de remolacha), el café unicornio, el coffee in a cone (en helado y con cucurucho), el bulletproof coffee (café con mantequilla y aceite de coco) o el blue latte, que ya empezamos a ver en Madrid (batido con cierto gusto a mar y sensación a espirulina en boca). Este último viene de un alga azul del Chad y sí, es otra tendencia
¿Y qué pasa con los envases? De las bolsas de café, las cápsulas y los vasos se está pasando al uso de materiales ecológicos que ayuden a reducir el impacto medioambiental. Un valor que claramente va a marcar la diferencia en la decisión de compra en cafeterías. 2021 será el año que verá crecer la consciencia entre consumidores y por ello apostar por envases sostenibles no será un valor extra: será básico, de hecho ya hay marcas que están marcando una diferencia en la producción de este tipo de envases.
Por último y más allá del café de especialidad (que pone su foco en el sabor del propio café, eliminando los granos malos y tratando con cuidado y de forma artesanal los buenos) empieza a contemplarse una nueva corriente: se llama café sensible y pretende ir un poco más allá incluyendo la preocupación por el impacto medioambiental y las condiciones de los productores y trabajadores. Es el siguiente nivel pero, de seguro, no será el último. El mundo del café aún tiene un enorme mundo por explorar.
