Las pollas tienen a Chueca revolucionada y esta vez lo decimos en el más literal de los sentidos. Cada tarde en la calle Gravina se forma una larga cola de de personas que esperan pacientes para… ¡comerse una polla! No, no se trata de una broma. La pollería ha abierto sus puertas dispuesta a complacer las fantasías más dulces de cuantos curiosos se acerquen por la zona. Aquí venden los famosos pollofres, que en solo un mes han conseguido estar en boca de todos (esto también se puede entender en sentido literal) y que no son más que unos ‘inocentes’ gofres de forma fálica.
En este local se despacha un único producto pero, vista la expectación, parece más que suficiente. Se trata de masa de waffle que gracias a una gofrera adquiere forma de pene y al que se añaden toppings de diversos sabores y colores. Las cremas que se añaden a estos eróticos dulces pueden ser de Nutella, Chocolate negro, Chocolate blanco, Petit Suise y Kinder. Y por si queremos lograr un efecto aún más ‘hiperrealista’ antes de hincarle el diente podemos pedir que nos agreguen algo más de choco blanco en la puntita. Todos los pollofres se sirven en formato take away, con un palito de madera a modo polo de helado y se colocan sobre una especie de bandeja para facilitar la labor de comérselo. Además, en la sede de Gravina incorporan chucherías que hacen aún más candy la experiencia, si es que eso es posible.
Y así nace el que ahora mismo es el local que más está alegrando la hora de la merienda a unos y otras, puesto que La Pollería sólo abre durante la tarde. Desde aquí lanzan además un aviso para los que ya se hayan convertido en fanáticos de este rincón: no se descarta que pronto lleguen los ‘coñofres’… ¡Y hasta ahí podemos leer!