Resulta curioso, pero cuando los que estamos en Madrid pensamos en un puerto de mar, siempre hay un sol radiante de fondo y un calor que invita a tomar solo cosas fresquitas. Y es que siempre asociamos el mar al verano, a las vacaciones, al buen tiempo. Pero que va, el invierno llega para todos y hace solo unos días tuvimos la oportunidad de comprobarlo en la renovadísima taberna Puerto Lagasca (Lagasca, 81).
No exageramos si decimos que la cita coincidió con uno de los días más fríos que hemos vivido en las últimas semanas. Y qué bien, porque dentro de este ‘puerto de ciudad’, que acaba de estrenar nueva imagen interior con la ayuda del estudio de diseño Madrid In Love, nos esperaban guisos tradicionales y contundentes platos de cuchara para subir la temperatura del exterior. Rabo de toro al vino tinto, garbanzos con bacalao y espinacas, solomillo de cerdo al Pedro Ximénez y cebolla francesa, arroz con bogavante y verdinas con almejas y calamar son algunos de ellos. Pero si tenemos que elegir uno, nos quedamos con el estofado de lomo de cebón, una carne muy tierna y superjugosa, acompañada de patatas fritas. Se nota el toque casero que le dan en cocina.
Sobra decir que en un ambiente tan cálido y con guisos que recuerdan a los que hacía la abuela, nos sentimos muy cerca del Mediterráneo y olvidamos de las bajas temperaturas por un ratito. Y así da gusto, porque casi sin darnos cuenta, ha llegado el invierno.