Como Madrid no tiene playa -menuda novedad- el verano en la ciudad suele ser sinónimo de terraceo, piscinas y azoteas con vistas, una combinación de éxito cuando de lo que se trata es de sofocar el calor que desprende el asfalto de la calle. Bochorno que, por suerte, disminuye a medida que se van subiendo las plantas del Hotel Emperador, en plena Gran Vía, hasta llegar a la décima. Es ahí donde ha vuelto a abrir sus puertas -como cada temporada por estas fechas- La Terraza, un beach club en las alturas de más de 800 metros cuadrados con piscina, solarium, zona de restauración y coctelería y vistas al cielo de Madrid que lleva la firma del prestigioso interiorista Nacho García de Vinuesa.
Los motivos para tener en cuenta esta propuesta en la agenda del perfecto verano madrileño se pueden resumir en cinco. El primero y más importante es que La Terraza permite el acceso a su piscina tanto a quienes están alojados como a los que no -eso sí, en este último caso, deberá pagar una entrada que también le da derecho a solarium, toalla, vestuarios con taquillas y zona chill out-.
En segundo lugar, porque la piscina es de verdad y no un estanque en el que refrescarse un poco los pies, con aspecto y dimensiones de piscina -10 metros de ancho por 15 de largo, más que suficiente para nadar un rato a tus anchas-; con la particularidad, además, de que posee sistema de sonido subacuático, de manera que debajo el agua puedes escuchar (y sentir las vibraciones) de la música que suena en el recinto. El tercer aspecto a tener en cuenta es que esta azotea cuenta también con una zona de solarium con tumbonas y camas balinesas, una de sus novedades para disfrutar de una jornada de sombra en este verano 2015. Las vistas panorámicas son el cuarto motivo: desde el Palacio Real y la Casa de Campo hasta la sierra de Madrid, además de una interesante vista aérea de la Gran Vía.
PICOTEO Y CÓCTELES CON FIRMA
Y la zona de restauración, el quinto de los motivos, un área a la sombra salpicada de sillas y mesas de jardín, sofás y mesitas bajas, y hasta veladores con banquetas para comer cualquier día de la semana. La carta es perfecta para un día de piscina, con ensaladas, sándwiches, hamburguesas y pizzas, donde sobresale la ensalada capresse con una acertada combinación de tomate fresco y deshidratado, o el sándwich Club, un emparedado hecho al momento a base de bacon, pollo, huevo, jamón, lechuga, tomate y mahonesa. No podía faltar, una refrescante selección de cócteles de esencia tropical ideados por el bartender Luca Anastasio (Mojito Deluxe o el Holualoa, no van a fallar) y que son perfectos para disfrutar de la espectacular puesta de sol que este enclave ofrece.
Solo una cosa podría impedirte disfrutar de un día de piscina desde las alturas, y se llama ‘aforo completo’, algo que suele ocurrir, sobre todo, en fin de semana y festivos, días en los que se recomienda acudir a primera hora de la mañana para no quedarse sin sitio. Los que son de Madrid saben que agosto puede ser un mes muy cruel si no se tiene cerca un lugar en el que refrescarse, tomar el sol y lucir bikini. Si solo deseas acceder para tomar unos cócteles, el acceso es libre para todo tipo de públicos de 20 a 02h. Y es que debemos sentirnos afortunados de que existan rincones como éste, referente entre los clásicos del verano de la capital.
Más información sobre la coctelería del Hotel Emperador en este enlace.
*Fotos Alfonso Ondarroa