Ya hacía falta en La Latina un sitio como Watts. O lo que es decir, un espacio amplio y relajado al que apetece ir a cualquier hora del día, ya sea a tomar café, un brunch, almorzar o acabar la jornada con unos vinos naturales y buena música. La música, precisamente aquí, es tan importante como el resto de su oferta pues crea el ambiente idóneo bien para que las mañanas de los lunes sean «menos lunes» o las conversaciones de las reuniones con los amigos los fines de semana sean más fluidas.
La selección del género y el artista que debe sonar en cada momento es responsabilidad de Daniel Jiménez, ingeniero de sonido y todo un apasionado del café, que ha montando este diner con alma de cantina junto a Francisco Medina, quien se ocupa de la cocina. Ambos se conocieron trabajando en Toma Café, enseña pionera en eso del café de especialidad en Madrid y al que, por supuesto, han elegido como proveedor de este (su primer) café-restaurante.
Si Daniel se ocupa de la sala, a Francisco podemos verlo a través de la cocina vista que se instala al final de la sala, allí podemos verle hornear todas las piezas de repostería que posteriormente se exhiben en la barra: cookies, canelé (bizcochos cilíndricos típicos de Burdeos), marquesa (tarta de chocolate con galletas) o NY cheescakes. Los fines de semana la oferta se amplía aún más, pues llegan los croissants y hojaldrados de Clan Obrador, otro reclamo más para hacer de Watts el mejor café para empezar el día en La Latina.
Aunque si hay una razón poderosa para visitar este diner latinero cualquier día y a cualquier hora son sus pancakes. Puede que los más ricos que pruebes en Madrid. Siguen una receta propia, a la que los dos amigos han llegado después de semanas y semanas de ensayo y error. Solo hay dos versiones, una dulce y otra salada, pero ambas se salen. Especialmente la segunda, que añade a sus magistrales tortitas bacon, huevo y sirope de arce. Las sirven desde que suben la persiana a primera hora de la mañana hasta que cierran la puerta cuando empieza a caer la tarde; si por los clientes fuera, estarían haciendo tortitas hasta más allá de la medianoche
Pero los pancakes, no es el único must Watts. Su Breakfast burrito es otro manjar de dioses: Lleva huevo, bacon, queso, tomate y cebolla, y se hace acompañar de aguacate y ensalada. Es otro de esos platos comodín que, sea el momento que sea, sientan bien. Además, es súper completo.
Otros hits de la carta (según nos indican ellos) es la Ensalada César (una versión totalmente alejada de la que hemos conocido hasta ahora, y mucho más sabrosa) y el Sandwich pernil, con roast beef, tomate y alfalfa. Gustan a todos, tienen un tamaño contundente y unos precios nada descabellados, aspecto este único que hace que queramos volver lo antes posible a probar todo lo que fichamos en la carta.
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