En el número 6 de la calle Conde de Aranda, hay una tienda gourmet, en apariencia pequeña, que despliega todo su encanto nada más cruzar la puerta. Metros y metros de buen producto y vajillas de capricho y, en la planta de arriba, un restaurante tan cuidado como rico. Son ambos templo del buen trabajo, del amor por la cocina y, en especial, del gusto por el foie casero, materia en la que Cristina Oria, la misma que da nombre a este espacio, es especialista.
Fue un parón vital y laboral lo que hizo que Cristina Oria decidiera mudarse a París donde, por puro gusto, estudió en la escuela de cocina Le Cordon Bleu. Cuando volvió a Madrid, se dio cuenta de que aquí nos faltaba un sitio de comida para llevar rica, de calidad y a buen precio. Así comenzó su catering y la idea de elaborar regalos gourmet donde el foie ya era el rey. Pero la aceptación hizo que empezara a crecer de forma natural, así que el siguiente paso era tener un lugar donde el cliente viera, tocara y probara directamente sus productos. La idea empezó con la tienda, donde tienen los mismos elementos que utiliza en su cocina, un plus para los que se enamoren de un plato y quieran llevárselo a casa (o que te lo lleven). Y después llegó el restaurante, ambos ubicados en el mismo rincón del barrio de Salamanca y frecuentados por quienes gustan de probar cocina de producto con elaboraciones muy cuidadas y cierto gusto parisino.
Desde primera hora de la mañana, el espacio huele a mantequilla y a bollos recién horneados, y es que los desayunos son uno de sus puntos fuertes, cien por cien caseros y hechos al momento. Zumos naturales, bollería casera, bizcocho de limón, cookies, gofres, fruta y una lista de cafés y tés para acompañar. Después, la cocina permanece abierta y no cierra hasta las 21:30h, pues su idea es ofrecer comida a cualquier hora y cenas tempranas. Para entonces, hay que tener en cuenta que es imprescindible pedir el foie, en cualquiera de sus cinco versiones: al ajo negro, al té ahumado, con confitura de higos, con pimienta de Sichuan o el de ‘Los tres vinos’, que se llevó el premio Madrid Fusión 2011. El salmón de dos cocciones con blinis, salsa de eneldo y mantequilla, el pepito de foie a la plancha sobre compota de manzana, la mortadela trufada con parmesano o el steak tartar, son algunos de los platos que mejor representan esa idea de cuidado por el producto. Después llega el consomé casero, las cazuelitas de guisos o el magret de pato con salsa de chalotas, y ahí se despliega –aún más– el savoir faire de Cristina. Imprescindible el postre si hablamos de Francia: tarta fina de manzana, de limón con merengue italiano o el coulant de chocolate para quienes tengan ganas de más, además apto para celíacos.
Todo es casero y hecho al momento y puedes probarlo en un lugar acogedor y con gusto que te transporta a París. Hasta allí fueron a por muebles y vajillas de porcelana peculiares, las mismas que te llevan a casa con el catering y recogen al día siguiente, y que se venden en la tienda. Porque la presentación forma parte de la experiencia y la experiencia Cristina Oria, con este tríada gastronómica, no puede ser más completa.
* Fotos Paco Montanet