El fastuoso lugar, abierto a finales de 2021, es una de las librerías donde mejor hacerse con regalos y objetos del universo fantástico.
Corto Maltes, Wonder Woman y Hellboy reciben al visitante de Generación X. Es un alucine absoluto. El espacio, situado entre las plazas de Tirso de Molina y Jacinto Benavente, en la calle Conde de Romanones, se ha convertido en un oasis para todo adepto a los cómics, la literatura de género y los juegos de mesa.
Un lugar dividido en dos plantas, con más de 500 metros de exposición, donde disfrutar de presentaciones, competiciones y una inusual taberna, comandada por las chicas del Coco Bar. A nada de la Puerta del Sol y la Plaza Mayor, un enorme secreto en el que dejarse recomendar para regalos de última hora, bucear en las novedades del sector o simplemente tomar un refrigerio, caña en mano.
LIBRERÍA GRÁFICA
La planta superior de la tienda, acondicionada con varios murales, donde destacan los de los dibujantes Puño, Albert Monteys y Pepe Larraz, es mucho más que una librería especializada en novela gráfica, ensayos, manga y figuritas de Beast Kingdom y Iron Studio, la crema más absoluta.
Aquí se viene a pasar el rato, dejarse llevar y pasear entre pilas de libros. Todo ello acompañado por multitud de firmas que se suceden a lo largo de la semana, además de demostraciones y partidas de juegos.
No es raro ver un viernes o un sábado, cuando se intercalan algunos de los autores más importantes del género, a nombres como Alex de la Iglesia, David Rubin, Seth, Rebecca Ross u Olivie Blake. Eventos donde los fans se reúnen y van a echar la tarde o la mañana, siempre acompañados por pinchadas de personajes locales y los característicos batidos, cookies y bocadillos del tropical antro malasañero, Coco Bar.
BAR DE INSPIRACIÓN TIKI
Sara y Araceli, las dueñas del Coco Bar, son las encargadas de organizar la carta de la cafetería de Generación X. La zona se encuentra en la segunda planta, al final de la misma, y cuenta con algunos de los hits como el famoso tentempié de pastrami o la tarta de chocolate. Aunque aquí también se pueden encontrar muchos guiños a la clientela local.
El mundo otaku tiene presencia en las galletas que realizan de forma casera, con ingredientes japoneses. Hay de anko, la pasta dulce de judías rojas, por ejemplo. O más golosas como las rellenas de crema de cacahuete, o las de chips de chocolate, lima-limón y albahaca. Los bizcochos y tartas —de melocotón y almendra, naranja con espelta integral y agua de azahar o de zanahoria con cobertura de chocolate— son otro imprescindible del bar.
Junto a los batidos, una mirada a aquellos que se preparaban en los diner norteamericanos de los 50. La decoración del local se fija levemente en estos espacios, aunque con un punto virado a la cultura tiki, representada por las películas de Elvis. El papel de pared, por cierto, homenajea a la portada del ‘Boy’s don’t cry’ de los Cure, con sus palmeras y pirámides. Una delicia.
BATIDOS Y BOCADILLOS DE COCO BAR
Hay cervezas (Victoria de Málaga no falla), vermut artesano (Olave, de Tarragona) y batidos que preparan uno a uno en una batidora vintage Lomi. Los hacen de fresas, chocolate y nuestro preferido, el de violetas, que realizan con un sirope de la tienda original que hay en la plaza de Canalejas.
Entre los bocadillos, se puede elegir entre el de pastrami —que llevan preparando desde hace 11 años con el material que el padre de Sara, carnicero talaverano, les suministra— el vietnamita —con panceta ibérica curada, mayonesa de lima, cilantro y cebolla; muy fresco y decididamente sabroso— o el vegano —un émulo del vietnamita, donde se sustituye la panceta por daikon y un sucedáneo de queso con anacardos—.
El café es de El Pozo y los desayunos y meriendas son más que habituales, a los que se les pueden sumar molletes o tostadas, con aguacate, jamón o mantequilla de cacahuete, irresistible esta última. Si se prefiere, también se puede tirar de limonada casera, refrescos naturales (como Linda) o té helado, que preparan ellos mismos.
HISTORIAS DEL CÓMIC
Por último, recordar que Generación X comenzó en 1994 con una tienda diminuta en la calle Galileo y que hoy día ya tiene decenas de locales repartidos por toda la geografía española.
De todos modos, la situada en Conde de Romanones es ya su buque insignia. Un espacio de ensueño para el disfrute más fantástico.
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