‘Wilda’, la copa felina del Barrio de las Letras
*** ESTABLECIMIENTO CERRADO ***
A Sonia el amor por el vino la animó a formarse como sumiller y obtener la titulación WSET, un diploma otorgado por la Wine & Spirit Education Trust, el programa educativo sobre vinos y espirituosos más emblemático del mundo. Aquello fue solo el inicio del camino hasta lograr su sueño: abrir un bar de vinos para poder compartir su pasión. Así nació Wilda, en el barrio de las Letras, donde ofrecen un trato muy cercano para poder acercar la enología al gran público. Wilda tiene una peculiaridad: su relación con el universo felino, desde el gato hasta el león. ‘Son como los vinos, tiernos o feroces, elegantes o salvajes, enigmáticos o muy expresivos pero, sobre todo, muy vivos, con garra e independientes. Son como sus fabricantes: lejos de marcas y grupos comerciales. Adoro los felinos y se han convertido en metáfora para hablar del vino’, explica Sonia.
Wilda es uno de los pocos locales madrileños que apuestan por los vinos artesanales y naturales, producidos en pequeñas remesas procedentes de viñedos orgánicos y con mínima intervención en bodega, una tendencia que, para Sonia va a crecer en los próximos años. La sumiller ha hecho, además, una apuesta fuerte por el champagne de Vigneron –zona de Francia cuyos agricultores cuidan los viñedos al máximo-, muchos biodinámicos –los que se hacen respetando los ciclos de la naturaleza y el calendario lunar y astral, entre otros parámetros- y los jereces.
La carta de vinos de Wilda está en constante movimiento y se puede tomar por copas y por botellas. Aunque se pueden adquirir vinos para disfrutarlos en casa, el acogedor local anima a tomarlos allí. ‘La mayoría de la gente que bebe vino no sabe mucho del tema –apunta Sonia-, por lo que es muy bonito poder ampliar sus miras y sacarlos de las clásicas Denominaciones de Origen’. Encuentros con productores, sus sesiones/catas mensuales tituladas Aperitivos felinos, veladas puntuales dedicadas al champagne son algunos de los eventos de su agenda. Y, por supuesto, cuentan con bocados para acompañar. De su cocina salen algunas deliciosas recetas (incluidos sus afamados callos) que Iván Cerdeño, chef reconocido con una estrella Michelín en su restaurante El Carmen de Montesión, ha pensado para Wilda.
