‘Shanghai Mama’, comida callejera china
La cocina más auténtica de las calles de Shanghai en un espacio elegante, tan chic como funcional. Ése es el formato con el que la empresaria Maria Li Bao acerca a los madrileños la cocina callejera de la que es una de las ciudades más cosmopolitas de China, desde donde asesora su pujante negocio en Madrid. María, que fue también la artífice de China Crown, el ya desaparecido restaurante de Tetuán, que durante más de tres décadas ejerció de embajador en la capital de la cocina china más refinada, se ha rodeado de un diligente y entregado equipo de cocineros, asiáticos en su mayoría y conocedores de sus raíces, que recrean algunos de los platos más populares en las calles de Shanghai.
El mismo espacio donde se ubicara Royal Crown, en la calle Infanta Mercedes, sirve ahora de punto de partida de un ambicioso plan de expansión de este singular formato por toda la ciudad, que llevará la propuesta de Shanghai Mama por los principales barrios de Madrid, desde lo más Centro (plaza de Pedro Zerolo, en Chueca) hasta las zonas residenciales del extrarradio, como Las Tablas. Distintos restaurantes, con una misma carta en común, a los que su responsable ha trasladado su firme compromiso por la calidad y la nobleza que, en muy poco tiempo, ha conseguido situar su primer establecimiento entre los más devotos de la cocina asiática.
Ellos, mejor que nadie, saben que en pocos sitios se pueden encontrar dumplings tan gustosos y convincentes como los que se sirven aquí. Sus ‘empanadillas al vapor’ se hacen diariamente a mano, siguiendo las recetas más populares de Shanghai donde este bocado se conoce mejor con el nombre de xiaolongbao. Los hay rellenos de carne y trufa negra -insuperables, uno lo de los hits de la casa-, de carne, setas y foie, o solamente de carne, y se sirven en las tradicionales cajas de bambú que se apilan una sobre otra formando una torre con los diferentes xialongbaos que hayamos pedido -damos por hecho que no puedes limitarte a probar solo un tipo-. Pero hay otros muchos platos convincentes: el arroz ku bak crujiente acompañado de pollo y mariscos con huevo de pita pinta, que se termina en mesa con soplete (otro de los obligados), el pato Shanghai mama crujiente en salsa de almendras, los langostinos crispy con crema de wasabi o el pollo infusionado en jengibre y ajitos de Las Pedroñeras.
Son solo algunos de los platos más destacados de una propuesta que, en lineas generales, podemos calificar de intachable. A tener muy en cuenta también las opciones incluidas en el apartado sopas, fideos o pescados; no así tanto como en el capítulo de los postres, donde solo se incluyen dos recetas puramente orientales: piña glaseada con helado de coco o la revolución del plátano, trocitos de plátano frito envuelto en pasta brick; el resto son tartas y bizcochos más identificables con la cocina occidente. Otra opción es prescindir del postres para pasar directamente a los cócteles, originales y sorprendente, como el Ginmoji, un mojito con ginebra destilada de algas, o algunas de las opciones que contiene su cuidada carta de tés, con etiquetas y sabores que llegan directamente de los comercios de Shanghai.
