COLONIA DE LA PRENSA
Es una zona residencial histórica ubicada en el barrio de Puerta Bonita. Se construyó entre 1910-1914, concebida como una urbanización de chalets y casas vacacionales para un grupo de profesionales del mundo del periodismo y las letras que se constituyeron en cooperativa para levantar esta colonia. En ella se encuentran algunas de las pocas construcciones Art Decó de Madrid. La primera de ellas y más vistosa, el pórtico con torres que da a los números 61-63 de la calle Eugenia de Montijo, y que en su día ocupaba un guardia encargado de proteger el recinto.
Esta puerta da acceso a la Calle Rodríguez Lázaro, donde todavía se conservan una decena de las casas de la época, la mayoría de estilo modernista con algunos toques regionistas o exóticos, aunque algunas presentan estilo mudéjar, egipcio o austríaco. Entrar aquí es como retroceder al Madrid de principios del siglo XX, con las fachadas repletas de detalles, los pequeños jardines y las calles arboladas. Faltan las paradas del tranvía, que también pasaba por aquí en sus primeros años.
La Colonia de la Prensa fue diseñada por el arquitecto Felipe Mario López Blanco pero no llegó a concluirse del todo pues los daños sufridos durante la Guerra Civil y la especulación provocaron el abandono del proyecto. Aún así han sobrevivido algunas edificaciones para que seamos testigos de la belleza y singularidad de este conjunto arquitectónico.
ERMITA SANTA MARÍA LA ANTIGUA
También conocida como la ermita del cementerio de Carabanchel, fue construida en el siglo XIII en honor de Santa María Magdalena y en la actualidad es utilizada como capilla del cementerio. Es la ermita más antigua de toda la comunidad de Madrid, y la única ermita de estilo románico-mudéjar que se conserva íntegra en la región, razón por la que en 1981 fue declarada bien de interés cultural. Desde entonces ha sido restaurada en dos ocasiones, en los años 1998 y 2002, para poner en relieve su valor arquitectónico y artístico, que no es poco. La torre de 20 metros de altura y la puerta de la fachada sur, con los típicos arcos morunos enmarcados en el alfiz, son algunos de los elementos más llamativos de su exterior.
Si podéis acceder al interior (solo se puede acceder los sábados por la mañana, cuando se celebra la única misa de las semana, a las 11h) podréis contemplar el techo de madera de origen medieval, con pinturas al temple características de la época, y el coro de madera también decorado con pinturas. También el retablo, creado ya en el siglo XVI, de estilo barroco. En el centro de este hay una hornacina con la imagen de Nuestra Señora de la Antigua, pero es una copia pues la imagen medieval original desapareció en el años 1936.
Este pequeño templo (tan solo tiene 12 metros de largo y 9 de ancho), que fue parroquia del pueblo de Carabanchel hasta el siglo XV, es también un lugar cargado de historias. Hay relatos que cuentan que San Isidro, patrón de Madrid, venía a rezar con bastante frecuencia a este lugar antes de que se construyera la ermita. De hecho, bajo la escalera que lleva al coro, hay un pozo en el que supuestamente el santo abrevaba allí sus bueyes y que fue escenario de dos de sus mayores milagros. Estos se cuentan, además, en las pinturas que lucen en el techo de madera.
PARQUE DE LAS CRUCES
Con una extensión de casi 19 hectáreas, este parque comunica los distritos de Carabanchel y Aluche. El parque, que fue construido gracias a la lucha de los vecinos del barrio en la década de los 70, impidiendo que se construyeran nuevos pisos, cuenta con un auditorio al aire libre de gran capacidad (3.000 personas), y frente a él un gran estanque del que fluye un arroyo que cruza el parque. Cuenta con diferentes zonas arboladas y ajardinadas, parques infantiles, carril bici (por aquí pasa el Anillo Verde Ciclista), pistas deportivas y un kiosco con una amplia terraza. Es perfecto para pasear o practicar actividades deportivas, aunque en los últimos años son constantes las quejas de los vecinos que denuncian el estado de semiabandono del recinto y los pocos cuidados que reciben tanto el estanque como las zonas arboladas de este necesario pulmón verde del barrio.
PUENTE DE TOLEDO
Es el punto de unión entre Madrid Centro y Carabanchel, uniendo las glorietas de Pirámides y Marqués de Vadillo, punto en el que comienza el barrio de Carabanchel. Ahora integrado dentro del parque Madrid Río, fue construido a mediados del 1700 por orden del Marqués de Vadillo, regidor de la Villa en la época. Y su autor no es otro que Pedro de Ribera, arquitecto que firmó otras construcciones insignes de la ciudad como el Museo de Historia, la Fuente de la Fama o la Ermita de la Virgen. De estilo barroco churrigueresco, fue construido en granito y tiene nueve arcos de medio punto separados por tambores con forma de torreones de fortaleza. En la zona central del mismo se encuentran dos templetes con las figuras de Santa María de la Cabeza y San Isidro, una frente a la otra, que fueron encargadas al escultor Juan Ron.
Salta a la vista que estamos ante uno de los puentes más antiguos y más bonitos de la ciudad. Quizás por eso esté siempre tan concurrido, especialmente los fines de semana y cuando hace buen tiempo, por los vecinos de uno y otro lado del Río. Y por los muchos turistas y visitantes que acuden a fotografiarlo, pues este enclave ofrece unas impagables panorámicas de la ciudad.
PARQUE DE SAN ISIDRO
Es el segundo espacio verde más grande en superficie del distrito de Carabanchel después del Parque Emperatriz María de Austria (Plaza Elíptica). Pero seguramente sea el más conocido de la zona pues cada año, a mediados de mayo, se convierte en epicentro y recinto ferial de las Fiestas de San Isidro. El parque cuenta con grandes zonas arboladas, una senda botánica, un estanque central, fuentes, áreas infantiles, instalaciones deportivas (campo de fútbol con césped artificial incluido) y hasta un carril bici.
Aunque las puntos más interesantes del parque son el Jardín de las Palmeras, formado por diferentes palmáceas y viváceas, y la entrada principal al parque desde el Paseo de la Ermita del Santo. Aquí se encuentra una escultura de Goya perteneciente a Juan Cristóbal y que procede del Parque de la Bombilla, más un conjunto escultórico de dos lápidas sostenidas cada una de ellas por dos columnas en las que se da cuenta del nombre del parque y el año de su inauguración, 1970.
ERMITA SAN ISIDRO
Conocida por ser la ermita del Patrón de la ciudad de Madrid, se trata de una pequeña iglesia sin grandes pretensiones ubicada al borde del Río Manzanares, justo al lado del Parque de San Isidro. Su origen data del año 1528, cuando la emperatriz Isabel de Portugal ordenó su construcción en las tierras de Iván de Vargas, el patrón para el que trabajaba San Isidro, justo al lado del manantial donde brota el agua que curó a su hijo, el futuro rey Felipe II, de las fiebres que sufría. Aunque el diseño de la ermita que vemos actualmente corresponde a una reconstrucción que se hizo en 1725, en tiempos de Felipe V. Solo unos años más tarde, cuando el Ayuntamiento ordenó construir al lado el cementerio de San Isidro por su apartada localización lejos de la ciudad, perfecta para enterrar a los fallecidos por el cólera.
Siempre ha sido lugar de peregrinaje de los madrileños que acudían a beber el agua milagrosa de su pozo, aunque el 15 de mayo es el día grande de esta ermita donde cada año se celebra la tradicional romería, una de las fiestas más castizas de la ciudad.
RUTA STREET ART
Muchos hablan de Carabanchel como el Soho madrileño. Y es que en los últimos años muchos artistas locales, que buscaban espacios diáfanos en los que trabajar y con alquileres más bajos que los exigidos en el centro, han trasladado aquí sus talleres y estudios convirtiendo el distrito en todo un hervidero de talento en el que convergen todo tipo de colectivos artísticos: ilustradores, artesanos, músicos, escultores, fotógrafos… Una explosión creativa que, inevitablemente, salpica también a las calles de este barrio del sur de Madrid, en las que vamos a encontrar multitud de obras de arte urbano. Aquí os dejamos una selección de las más relevantes pero no son las únicas: en Carabanchel conviene andar con los ojos bien abiertos pues cuando menos te lo esperas puedes encontrar una intervención en sus muros y fachadas, ¡una pasada!
La primera parada la hacemos en el IES Renacimiento (Castellflorite, 4), en el barrio de San Isidro. Tres de las naves que ocupan el patio de este espacio dedicado a la formación profesional fueron intervenidas en el verano de 2015 por tres de los artistas más reconocibles en las calles de Madrid: Sabek, Koctel y JM.yes. Este último, artista residente en el barrio figura como colaborador en las obras de Sabek, un mural con un majestuoso cuervo negro, y la de Kóctel, ‘Floating Orange building’, donde reconocemos el recurrente universo cítrico de artista. El andaluz volvió en 2019 al patio para sumar un tercer mural, lleno de frutas y plantas troplicales, que lleva el nombre del instituto: «Renacimiento».
En el solar de la calle Urogallo 24 encontramos otro de los murales de Yes, esta vez al lado de GVIIE.
Para ver otra de las intervenciones artísticas más conocidas de Carabanchel tenemos que desplazarnos a la calle Amalarico, también en el barrio de San Isidro. Allí, en la torre del antiguo depósito de aguas de la colonia Tercio y Terol se encuentra La Chulapa. El mural es un homenaje a todos los vecinos del barrio que han trabajado a favor de la cohesión vecinal de la zona, por ello no es casual su ubicación, justo al lado del Bar Hogar, centro neurálgico de reunión para las familias de la zona. La mujer, ataviada con un pañuelo blanco en la cabeza y clavel rojo, es obra del artista cubano aunque residente en NY, Jorge Rodríguez-Gerada, en colaboración con la plataforma Carabanchel Creativa. La Chulapa ya es todo un símbolo del barrio.
Otro de los artistas que más se prodiga en las calles de Carabanchel es Ze Carrión. Y es que, aunque nacido en La Mancha, este artista multidisciplinar se crió en las calles de este barrio a las que, entre viaje y viaje por el mundo, vuelve de vez en cuando para regalar a sus vecinos una nueva obra. Reconocerás fácilmente sus trabajos, a medio camino entre el graffiti y el arte urbano, por sus poderosos trazos y la carga crítica de todos ellos, como el mural que encontramos en la calle de la Avecilla, en la que se hace cuestiona el acceso de menores a las armas en EEUU. La intervención de la fachada de la Editorial Turpin – Gráficas Almeida (Alondra, 28), donde retrata a los fundadores de esta legendaria imprenta, es otra de sus obras más celebradas en el barrio.
Reportaje elaborado en colaboración con Más que hermanas.