‘Oroya’, la deslumbrante terraza de The Edition con sabor a Perú

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Los famosos jardines de Majorelle, propiedad de Yves Saint Laurent en Marrakech, han servido de inspiración a Oroya, uno de los restaurantes más fastuosos y bonitos de Madrid: está ubicado en la última planta de The Madrid Edition, lo que antiguamente fue la barroca Caja de Piedad del siglo XVIII. El hotel, ligado a dos figuras fundamentales del diseño y el buen gusto internacional, Ian Schrager (fundador de Studio 54) y John Pawson (referente de las líneas puras y del Design Museum londinense), sirve también de carta de presentación de la cocina más personal del peruano Diego Muñoz.
Situado, además, en una única y deslumbrante localización, que pone en valor una terraza de amplias dimensiones y decidida tranquilidad. Con vistas al convento de Las Descalzas, el luminoso de Schweppes, que forma parte del edificio Carrión, o la construcción de Telefónica. Una terraza 360º a la que además hay que añadir 25 hamacas y 5 camas balinesas que pueden ser alquiladas para la ocasión, con la presencia de una impresionante infinity pool que mira al Teatro Real y al sur de Madrid.
DOS CARTAS DIFERENTES, PARA INTERIOR Y EXTERIOR
Todo esto es Oroya, empezando por un deslumbrante salón interior repleto de muchas plantas, del suelo al techo, y siguiendo con una mesa central de madera que permite disfrutar de la carta del peruano (de momento, solo abre para cenas, salvo los fines de semana que sí abre a mediodía).Un menú atípico por su singularidad, donde se dan la mano las diferentes corrientes culinarias que han pasado por el país andino: África, China, Italia, Japón y, como no, España.
En su carta hay ostras a la parrilla, pero también frescas y marinadas posteriormente con dashi y umeboshi. No puede faltar el Ceviche de corvina con ají limo y leche de tigre, las Papas arrugadas con huancaina y café, o los Calamares fritos al estilo pucusana —un pueblito pesquero al sur de Lima—, que vienen con una emulsión de lima y pescado.
Otro de los valores diferenciales de Oroya es la zona al aire libre, donde brilla el tapeo más irreverente y funcional. Hay ostras con un toque de lima, Choclos con queso y maíz gigante o un Bao de panceta laqueada y encurtidos. ¿Para acompañar? Una lista muy bien surtida de tragos con pisco. Desde un refrescante Sol y Sombra, que mezcla pisco acholado, con vermouth Cocchi, bitters de naranja, licor de cherry y brandy de Jerez, hasta un Inka Mule, revisión del Moscow Mule con vodka, tequila, jengibre y soda. No se quedan atrás el Pisco Sour y el Pisco Punch, a los que hay que añadir básicos sin alcohol como la Chicha Morada o el Oroya Spritz. Imprescindibles que harán que las tardes y noches del caluroso Madrid sean muy distintas.