En el barrio de Chamberí se encuentra Marcelino, vinos y ultraporcinos, un local pensado no sólo para los amantes del vino, sino también para los del porcino. Este moderno establecimiento, perfecto para llevar a amigos de otras ciudades cuando vienen de visita, mezcla la estética de una clásica charcutería y de una taberna de las de toda la vida. En este proyecto se han involucrado Pinkleton & Wine que, en su espacio del Mercado de San Miguel, cuenta con unas 500 referencias de vinos, cavas y champagnes por copas.
En esta taberna contemporánea se pueden encontrar Denominaciones de Origen tanto nacionales como internacionales. Rioja, Ribera del Duero, Toro, Jumilla… Todos ellos servidos en copa o en botella y de los que siempre es aconsejable preguntar en barra para dar con aquel que agrade al paladar. Por supuesto, también hay cerveza para aquellos que prefieran tirar de rubia.
La satisfacción no sería completa sin una buena vianda con la que acompañar la bebida, por lo que este local ha apostado fuerte por el cerdo ibérico y sus productos derivados. Las tablas de embutidos, disponibles en varios pesos desde los 80 gramos, son el hit de la casa: de chorizo, salchichón, lomo, butifarra blanca y negra, somalla… Pero también hay sobrasada para untar sobre pan artesano elaborado en el popular Horno de San Onofre, torreznos –que se preparan para el aperitivo de los jueves- y, para los que no pueden probar el cerdo, cuentan con quesos y tomates de huerta aliñados con aceite de oliva de primera.