‘MamaQuilla’, cena, espectáculos y fiesta con sabor latino
Un restaurante donde disfrutar todos los sabores de Latinoamérica y bailar al ritmo de su música. Ese es MamaQuilla, un vibrante templo de la cocina latina en Madrid donde podrás comer, tomar magníficos tragos y bailar hasta bien entrada la medianoche. Llegados a este punto tenemos que dejar claro que este no es un restaurante donde el espectáculo prima sobre la comida. Aquí, ante todo, la prioridad es disfrutar de sus platos, repletos de sabores de las cocinas más icónicas del otro lado del Atlántico. Y después la música, el baile y la fiesta.
Es más, podemos asegurar que en MamaQuilla se come muy, muy bien. Ese era el objetivo prioritario de sus creadores que confiaron su propuesta gastronómica a los chefs Joaquín Serrano y Jorge Velasco quienes han recuperado (y actualizado) algunos de los platos y recetas más icónicas de México, Perú, Brasil, Argentina, Colombia o Ecuador. Para ejecutarlas se valen del mejor producto español, por lo tanto, la fórmula no podía fallar.
Latinoamérica está presente sobre la mesa pero también en el ambiente, donde no paran de sonar (a volumen moderado) clásicos de la música latina y se suceden entre las mesas diferentes números de baile. En cuanto a los platos creados para el disfrute de nuestro paladar están La gilda que se perdió en Machupichu, un insuperable aperitivo con aceituna esferificada, pulpo y piparra que prepara nuestras papilas gustativas para el festival de sabores que se avecina. Croquetas de camarón y mayonesa de chipotle, Vieira del Pacífico a la brasa, Tiradito con ponzu de huacatay, Arepitas de rabo de vaca, Taco al gobernador de soft shell crab y el Pescado del día en adobo y frito entero (a nosotros nos tocó pargo) que, queramos o no, tendremos que comer con las manos. La mayoría de los platos contienen 2 o más unidades, lo que deja claro que en MamaQuilla mejor ponerse de acuerdo y pedir para ponerlos al centro.
Para los postres hay opciones interesantes pero, para que el show no decaiga, recomendamos el MamaQuilla: una especie de lienzo que se pinta en directo con diferentes chocolates, cremas, frutas y dulces. Solo por ver su elaboración, merece ya la pena.
En cuanto a los cócteles siguen la misma línea de sus platos: son frescos, atrevidos y evocadores. Todos giran en torno a tres destilados: ron, mezcal y tequila. El Cartagena de Indias, un daiquiri con mix de rones y frutas tropicales, es súper recomendable; y para los más atrevidos aconsejamos el Aoxaca, margarita de mezcal y tamarindo picante con cremoso de mango. Aunque todos son perfectos aliados para ir subiendo el ánimo y acabar la noche bailando junto a la cabina del DJ los grandes hits de la música latina de los últimos años.
No podía ser de otra forma en un restaurante con espíritu desenfadado que convierte cada cena en una fiesta.
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