Los Jardines de los Palacios de la Finca de Vista Alegre
Es este un magnífico jardín histórico creado en 1831 como lugar de recreo de la reina María Cristina de Borbón, esposa de Fernando VII, y que después disfrutaron Isabel II y el marqués de Salamanca, quienes también acometieron diversas modificaciones. En 1889 el Marqués lo vendió al estado para saldar deudas y este lo utilizó con fines benéficos hasta que, ya en el siglo XX, pasó a manos de la Comunidad. Sin embargo, a pesar de ser un espacio público, la Finca de Vista Alegre ha permanecido cerrada durante décadas y ninguno de los vecinos de Carabanchel, que a diario pasaba por su extensa verja, podía admirar la belleza de este jardín de gran valor artístico y cultural que alcanza una extensión de 45 hectáreas.
Han tenido que esperar a 2023, cuando por fin han terminado la primera parte de las obras para la recuperación de este espacio declarado Bien de Interés Cultural, para poder conocer de primera mano los jardines, palacios y elementos singulares que antes solo podían adivinar. El jardín decimonónico abre por fin sus puertas al público todos los días, de lunes a domingo, de 09 a 18h (en verano hasta las 21)-.
Como seguro estáis deseando conocerlo, os adelantamos algunos de los parajes que hacen tan especiales los Jardines de los Palacios de Vista Alegre.
En primer lugar, cómo no, está el jardín histórico, del que podremos recorrer espacios como el Jardín Romántico, la plaza de las Estatuas (de las que solo se conservan los pedestales) o la Fuente de los Caballos, una gran fuente circular que debe su nombre a la escultura de dos caballos rampantes que se sitúa en el centro. Entre ellos encontraremos diferentes elementos creados para el disfrute de sus sucesivos propietarios, como una montaña de cuya cima brota el agua que llena la ría; la propia ría que atraviesa el jardín o el Cenador, una mesa de piedra cubierta por un techo vegetal donde celebraban comidas al aire libre.
Ya centrándonos en las construcciones, a las cuales aún es imposible acceder, lo primero que encontraremos es la estufa, una especie de invernadero que acogía especies arbóreas exóticas, compuesta por dos pabellones exteriores y uno central. Detrás de este se encuentra el baño de la reina, una enorme bañera circular realizada en mármol de color caramelo, que se alimentaba del mismo circuito de calor y vapor que generaba el clima tropical para las plantas de la estufa.
A continuación, tras pasar una galería, nos topamos con el Palacio Viejo, un espacio que albergaba salas para el baño, casino y una capilla. Actualmente solo se conserva una parte del conjunto, pues fue derruido parcialmente durante la Guerra Civil, y se está trabajando para convertirlo en un salón de actos.
Ya en el otro lado, encontramos la edificación más majestuosa, el Palacio Nuevo. Fue mandado construir por María Cristina pero fue el Marqués de Salamanca quien finalizó las obras y lo convirtió en su residencia de verano. De momento solo podemos acceder al vestíbulo, donde llama la atención su gran cúpula azul y las enormes puertas de madera con sus llamadores con forma de cabeza de león. Tendremos que esperar un tiempo más para conocer sus increíbles estancias y exóticos salones que fueron decorados conforme a la moda de la época.
Pero hay muchas más cosas que podréis descubrir durante la visita, como el enorme cedro junto al Palacio Nuevo, considerado el más antiguo de Madrid (data del año 1800) o el Parterre, un pequeño jardín de trazados geométricos que fue creado para verlo desde los balcones del mismo palacio.
¿Cómo visitarlo? Como os comentamos, solo se puede visitar los sábados, domingos y festivos, desde las 10 hasta las 18h (de octubre a marzo) o hasta las 20h (de abril a septiembre). Las entradas se pueden adquirir cada lunes en la web de la Comunidad de Madrid. Una vez allí, la puerta de acceso está en General Ricardos, 179 y la visita tendrá una duración estimada de 90 minutos. ¡Disfrutadlo!
