Tags: After Work, cena + copa, cócteles, terrazas
Entre los lugares de referencia para los amantes del arte en Madrid -y buena parte del mundo- está el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza. La pinacoteca alberga una de las colecciones de arte más importantes del mundo, lo que lo ha convertido en todo un referente cultural de la capital; sobra decir, por tanto, que su visita es obligatoria para todos los que vienen a Madrid. Aunque las obras de arte que atesora el museo no son el único aliciente para acercarse hasta aquí: las conocidas como Las Terrazas del Thyssen hacen de este espacio un lugar súper recomendable para almorzar cualquier día de la semana, tomar unas copas afterwork con los amigos o compañeros de trabajo o cenar en alguno de sus «salones» al aire libre las noches de verano.
Aunque muchos ya conocéis este pequeño oasis ubicado en el conocido como Paseo del Arte, el espacio se ha reinventado con el propósito de ofrecer una tentadora propuesta gastro para quienes visitan el museo. Se ocupa de ello el equipo de Compass Group, que ha renovado por completo la oferta Las Terrazas para que también sea una referencia para los propios madrileños, muchos de los cuales -estamos seguros- aún no conocen este increíble espacio. Especialmente cuando llega el verano y queremos huir del calor: el microclima que se genera en Las Terrazas lo convierte en un destino idóneo también durante el día. De hecho, celebran conciertos a la hora del aperitivo los sábados y los domingos sirven un completísimo menú brunch con el que darse un homenaje de los buenos.
Como avanzamos, ya podemos decir que Las Terrazas del Thyssen tiene una carta a la altura del espacio y su emplazamiento. En su carta encontramos opciones para todos los paladares y bolsillos, con platos pensados para compartir como para hacer una comida algo más formal con primero, segundo y postre. Además, aunque buena parte de su oferta quiere dejar manifiesto de la riqueza de la gastronomía española, también hay algunos platos con guiños, o directamente adoptados, de otras cocinas del mundo. Como sucede con el Tiradito de salmón marinado con cítricos y ensalada de pepino o los Tacos de tira de costilla en aromas de cajún, ensalada de col y zanahorias, dos de los platos imprescindibles para quienes se acerquen aquí por primera vez.
Si eres del team «picoteo con plato al centro» te recomendamos la Tabla Piamontesa, que contiene mortadela de Bolonia, Bresaola y rocas de Parmesano con focaccia y frisines, y su versión de la Ensaladilla rusa, esta vez ‘machacadita’ e incorporando sardina ahumada y manzana; apuesta segura ambos. Otro plato perfecto para compartir -o no- es el Pulpo Asado sobre cremosas revolconas de La Vera, otra opción que va a gustar a todos. Mención especial queremos hacer a su Brioche Casco Viejo, elaborada con pan brioche de tomate, chatka, langostinos, salsa mil islas y mimosa de huevo -tan fantástico como suena- y a sus golosos postres. En este último capítulo, no debéis perderos los helados y sorbetes de Rocambolesc (de zanahoria, manzana al horno o coco con violeta), la firma del laureado Jordi Roca, y la copa Chocolate y más chocolate que no querréis que se acabe nunca.
Otro de los reclamos de Las Terrzas son sus geniales cócteles de autor, que han sido creados expresamente para este espacio por Héctor Hache, uno de los bartenders más prestigiosos de España. Este se ha inspirado tanto en los cuadros de la colección permanente como en la colección Carmen Thyssen para formular estos sorprendentes combinados que, de alguna manera, nos da la oportunidad de saborear las grande sobras del museo. Es el caso ‘Mujer en el baño’, de Roy Lichtenstein, preparado con lima, jarabe de té verde, flor de cerezo y gin que se sirve en una mini bañera; o ‘Fumador’, un coctel que se sirve en una pipa de cristal que contiene limón, jarabe de vainilla, caramelo y bourbon. Otro cóctel que recurre a la técnica del ahumado es es ‘Rincón Biblioteca’, una mezcla de limón, cítricos, canela, chile, cordial de mate, especias y tequila que encontrarás dentro de una caja con forma de libros apilados.
En definitiva, un gusto con todas las letras en pleno Paseo del Arte.