‘La Turulita’, taquería mexicana de mercado
Dos cosas hacen diferentes a La Turulita de todas las taquerías y restaurantes mexicanos que pueblan la ciudad: la frescura que se percibe en todos sus platos y el sabor caserísimo de todos ellos. La primera se explica por su localización dentro del Mercado Municipal de Ibiza, en cuyos puestos compra diariamente Verónica Tego, la turulita (gentilicio de Tonalá, ciudad del sudeste del estado de Chiapas) que regenta esta pequeña taquería en la zona de restauración del mercado de abastos (puesto 16). Y la segunda, por el mimo con que se elaboran todos sus platos, fieles siempre a las recetas tradicionales, que nos hacen sentir como si estuviéramos sentados en la mesa de cualquier hogar familiar en México.
Así, al igual que en la mayoría de las cocinas de su país, todas las salsas que acompañan sus platos se elaboran en su cocina con productos 100% naturales. Algo que hace que pueda llegar a convertir en extraordinario el hecho de tomar un bocado tan convencional y poco dado a innovaciones como los totopos, que aquí se sirven en una tabla con tres salsas con diferentes grados de picante: tatemada picosa, otra con tomatillo verde, aguacate, lima y habanero, y una última (y especialmente adictiva) de cacahuete. ¿Y qué decir de su guacamole? Súper fresco, pleno de sabor y muy equilibrado. La receta que todo buen mexicano debe dominar para mostrar que posee cierto nivel; y esta se gana el corazón de todos los que por aquí se acercan.
Tacos y quesadillas conforman el grueso de la carta de La Turulita, aunque el número de opciones dentro de cada capítulo es considerable. ¿Lo mejor? Dejarse llevar por las sugerencias de los anfitriones (Daniel Barrio, pareja de Verónica, se ocupa de atender las mesas, aunque ella siempre suele acercarse a saludar y acercarnos algunos de sus platos recién hechos). Recomendaciones entre las que no suelen fallar los Tacos al Pastor (cerdo marinado con cebolla, piña y cilantro), De alambre de pollo con queso (tiras de pollo, pimientos, cebolla y queso fundido) y los De costilla, receta muy tradicional en su país que apenas se practica en los restaurantes de Madrid. Otra receta inusual que ha terminado convirtiéndose en uno de los hits de la casa es el Taco de chapulines, unos pequeños saltamontes importados de México que se sirven en el interior de un taco con guacamole y lima. Olvidad los prejuicios, tienen un sabor entre salado y algo picante, que os va a sorprender; además, son una gran fuente de proteínas.
Otros platos que no deben faltar, al menos en vuestra primera visita, son el Volcán de carne, una tortilla de maíz bien doradita y crujiente con ternera y queso fundido encima; y la Quesadilla La Gringa, elaborada con tortillas de harina de trigo, carne de pastor y queso fundido. Y ya a los postres -esto obligado ya- el Arroz con leche, una receta por todos conocida pero que incorpora también queso mascarpone y lima, ¡está de vicio!
Para beber hay agua de Jamaica, cervezas mexicanas, margaritas y micheladas, opción esta última que recomendamos encarecidamente pues emplean un clamato casero (jugo de tomate y almejas, también conocido como «petróleo») que está realmente brutal. Tanto es así que lo venden por separado en envases, para que sus clientes puedan hacerse sus propias micheladas en casa.
Si en un principio os hablábamos de dos razones que hacían especial La Turulita, finalmente tenemos que añadir una más: sus precios, de lo más ajustados. En pocos mexicanos hemos comido tan bien y por tan poco (no llega a los 20€ por cabeza; y el menú del día se queda en 10€). Nos vamos pensando en una nueva fecha para volver a probar el menú brunch que sirven los fines de semana y comprobar así qué tal se manejan con otros platos típicos de la cocina azteca, como los huevos rancheros, chilaquiles o los tlacoyos. Pendiente queda.
