‘La Paloma’, el bar de las gambas
Bar La Paloma, marisquería de obligada visita si nos encontramos por El Rastro o La Latina. Los domingos es un día que esta de bote en bote, pero si se acude cualquier otra fecha de la semana se puede estar sin sufrir estrecheces y aglomeraciones. El espacio es alargado y de dimensiones minúsculas, cuenta con mostrador de estaño, espejos en los laterales, grifo de cerveza coronado por un águila, de cuando aquella cervecera (El Águila) era una de las más distinguidas de Madrid, y un apartado en la entrada, mirando al exterior, dedicado a la plancha. Desde allí salen sus reconocidas raciones de gambas. Sencilla la de seis y doble la de doce. El suelo, repleto de cascaras de ellas, da buena fe de que es la tapa más solicitada.
El negocio fue abierto en 1960 y desde el principio ha estado especializado en un marisco de gran calidad. Cigalas, langostinos, percebes, camarones, nécoras, almejas de Carril y bígaros lucen en su abarrotada barra. Es necesario recordar que el Mercado Central de Pescado, el más importante que tuvo Madrid entre 1934 y 1982, se ubicó muy cerca, en lo que hoy conocemos como el Mercado de Puerta de Toledo. El bar La Paloma sigue contando con un excelente genero, que administra el hijo del dueño, y que se puede regar con vermut de grifo, seco o con un golpe de sifón, o la tradicional caña en vaso corto. Para acompañar nunca falta un boquerón con bien de vinagre o unas aceitunas de manzanilla con sabor anchoa.
