‘Konnichiwa’, la izakaya contemporánea
Si a la mayoría de nosotros nos preguntan si sabemos algo de japonés con toda seguridad la respuesta sería que, salvo la palabra ‘konnichiwa’ (hola), nuestro desconocimiento del lenguaje nipón es total. Algo similar ocurre cuando nos consultan sobre la gastronomía japonesa pues, aunque todos vamos a contestar que a nos encanta el sushi e incluso que podemos enumerar un buen número variedades de este plato, lo cierto es que nuestro conocimiento de la cocina del país nipón es, por lo general, más bien flojo. Sí, el sushi es el plato más popular de Japón, pero fuera de sus fronteras; dentro, el país posee tanta diversidad y riqueza culinaria, que llega a abrumar.
Precisamente, con el deseo de que conozcamos otras vertientes de la cocina del país del sol naciente, Pen Ye y su familia se decidieron a abrir sus propio restaurante en el centro de Madrid en el que mostrar a los madrileños los platos y recetas más tradicionales de su país. Pen ya habría aprendido sobre el negocio en algunos de los restaurantes japoneses más conocidos de la ciudad, pero quería materializar su sueño de poner en marcha su propia casa de comidas en la que, tenía claro, el sushi iba a quedar fuera de la carta. Así lo comprobamos al echar un vistazo a la carta de ese sueño hecho realidad en la calle Fuencarral al que ha llamado Konnichiwa, término que se ajusta muy bien a su labor de presentación de una de las facetas más desconocidas de la cocina nipona, pero que son los que habitualmente se comen en las calles y hogares a diario; menos sofisticados pero, por otro lado, más suculentos y de precios más asequibles (créetelo, comer por menos de 25€ aquí es posible, y por mucho menos si optamos por el menú de mediodía), otra de las máximas de esta casa.
Con algunos de ellos seguramente ya están familiarizados los más versados en cocina nipona. Es el caso del okonomiyake al estilo Osaka, una especie de tortilla de huevo y harina que incluye repollo, bacon y gambas, los takoyaki (las bolas de harina con pulpo y jengibre encurtido) o las gyozas, que se pueden pedir con relleno de carne, gambas o vegetales. Al igual que sucede con el ramen, del que se ofrecen diferentes versiones (con salsa de soja, miso, vegetariano o picante), aunque en este capítulo añaden una receta original en la que el caldo se prepara en un cazuela con fuego a la vista del cliente. Es la Cazuela ramen Konnichiwa que la persona responsable de servir nuestra mesa va a elaborar ante nosotros con distintos tipos de verdura, queso, pasta de arroz y, finalmente, huevo.
Pero los que buscan descubrir nuevos sabores van a ser muy felices con el Sukiyaki Konnichiwa, un caldo muy tradicional que se cocina en la mesa del cliente, y que incluye ternera y verduras; o el Oden japonés, otra caldo de verduras con brochetas variadas. Platos sustanciosos que, bien pueden pedirse como plato único, o formar parte de un menú para compartir en el que también convendría añadir como entrante karaage, unas palomitas de pollo al estilo típico callejero; unos kushiyaki, unas brochetas con distintos tipos de carne y verdura preparadas a la barbacoa; o un donburi, unos pequeños cuencos de arroz cubiertos con carne (ternera, pollo, cerdo), verduras y/o algas.
En los postres, por ahora, no hay grandes sorpresas y se valen de los propuestas más emblemáticas y populares: dorayakis, mochis rellenos de helado (daifukus) y los típicos peces de pasta dulce rellenos de judía roja (daiyakis). Pero, ojo, que estos bocados se incluyen solo para contentar al público madrileño, pues habitualmente no suelen figurar en la carta las izakayas japonesas cuyo espíritu quiere evocar este restaurante. Aunque, como podemos percibir nada más entrar, solo lo hace en el apartado gastronómico, porque si atendemos a su aspecto, Konnichiwa adopta las formas y costumbres de un restaurante occidental, con un impresionante look que combina diseño con elementos decorativos característicos de las calles donde se suelen aglutinar los restaurantes en Japón (carteles publicitarios, neones, cartas de menús, etc).
