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Los takoyaki (pulpo frito, traducido al japonés) es uno de los grandes iconos de la cocina streed food japonesa. Y no solo por lo ricos que están, también porque es un plato que es casi imposible de hacer en casa: necesita de una plancha específica para su elaboración que solo los restaurantes y puestos callejeros tienen. Y mucha destreza por parte del cocinero, de ahí que la gente quede fascinada ante los puestos callejeros viendo cómo son capaces de elaborar al mismo tiempo una veintena de estos buñuelos de pulpo. Llegados a este punto os advertimos: en Madrid se pueden contar con los dedos de una mano los restaurantes que ofrecen takoyakis artesanales de verdad; el que los hace al momento muestra a los clientes el proceso pues es un verdadero espectáculo.
Uno de ellos es Katoyaki Japón, en Malasaña. Un pequeño restaurante especializado en este bocado que nació en 1935 en la ciudad de Osaka, ciudad de la que es originario su artífice, Kato, también encargado de atendernos en la mesa. De hecho, antes de instalarse en Madrid, Kato consiguió trabajar en uno de los mejores restaurantes de Osaka para traernos la receta más auténtica de este popular y laborioso bocado. Las elabora con harina de trigo y pulpo en la plancha específica para takoyakis y así servirlos recién hechos -como debe ser-. Solo de esta forma nuestros paladares pueden disfrutar de su genuino sabor y cremoso interior.
Nos cuenta Kato que uno de los grandes secretos de sus bolitas fritas es que contienen también dashi (caldo a base de bonito seco y alga konbu) que él añade para conseguir así ese sabor umami («sabroso») que solo sus takoyaki tienen. Esta preparación se diferencia del otro estilo de cocinado de este mismo plato en Tokio, donde la elaboración potencia el sabor del frito.
En los puestos de comida se sirven en un barquito de japón, Kato los entrega en un barquito de resina, que por ello estamos en un restaurante» más convencional».
UN MENÚ GENUINO Y PERSONAL
En el local de Kato se sirven tres tipos distintos de takoyaki, todos espectaculares. El primero que nos muestra es el más tradicional, ya que se presenta con dos salsas: la original, que contiene soja, mirin (el responsable del sabor dulce), frutas y verduras variadas; y mayonesa. La segunda opción es probar las bolas de pulpo solo con mayonesa y sal, una versión que no goza de tanta tradición como la primera, pero que está igualmente rica. La última es la que Kato nos señala como «la más ligera», puesto que se completa solo con salsa de soja. El barquito contiene 6 unidades y, además de estar increíbles, son bien contundentes, ¡perderéis la cabeza!
OTROS PLATOS CASEROS Y PERSONALES
Pero el menú de Katoyaki Japón no se queda aquí; ya que Kato decidió incorporar a la carta alguno de los platos que habitualmente preparaba a sus amigos y que eran todo un éxito entre ellos. Nosotros probamos la Hamburguesa de Waygu, que se sirve con arroz y una ligera salsa japonesa (salsa de soja, aceite y ciruela), y el Salmón al grill, marinado con miso durante 12 horas, al más puro estilo japonés; los dos francamente buenos. Si llegáis al postre, la recomendación de la casa es Tiramisú de matcha, este es un plato muy popular Kioto y se prepara con base de galleta de oreo y condimentado con matcha en polvo para dar un toquecito amargo.
TARDES DE LECTURA MANGA
Aparte de por sus bolitas de pulpo, Katoyaki tiene otras poderosas razones para fascinar a los amantes de la cultura japonesa. Las paredes están decoradas con pósters de películas del estudio Ghibli como El viaje de Chihiro o Mi vecino Totoro. Además, tras la barra se exhibe una sobresaliente colección de mangas que, como también habitúan a hacer en Japón, puedes pasarte a leer entre las cuatro y las siete de la tarde. Kato ha querido traer también esta tradición a su local, ya que pretende que el sitio emane cultura japonesa en cada uno de sus rincones.
En resumen: que nos ha ganado este Katoyaki, con sus espectaculares takoyaki, su apuesta por el manga y el carisma de su responsable, Kato, que nos hizo sentir desde el primer minuto como si estuviéramos en casa. Seguro que a vosotros os pasará igual.