Tags: cocinas del mundo, cócteles
Purismo gastronómico a cuatro pasos del Wizink Center es la tentación aromática y gustativa con la que Haveli guía nuestros pasos hasta este restaurante indio con el que es posible hacerse una sabrosa imagen de lo que es la cocina india.
La carta es amplísima y toca un montón de palos que facilitan que en cada visita descubramos algo nuevo. No dejemos de lado las sopas y los biriyanis —los platos de arroz— porque te abrirán por completo la mente y la forma de disfrutar del basmati.
Además de eso, la mano punjabí del chef Sukhwinder se plasma en imprescindibles aperturas como las samosas (en especial las keema, de cordero) y las pakoras (la de pollo es brutal y te demuestra cómo puede tener una nueva vida un frito tan aparentemente sencillo).
Más allá de estos bailes, el tanto monta, monta tanto, del curry y del tandoori se antojan fundamentales. Para valientes, mejor atreverse con un vindaloo si estamos dispuestos a picantes que se asemejan a la auténtica cocina india (bordan el de pollo); para no jugar con fuego, buena opción es el prawn pasanda, de langostinos, azafrán y crema de coco con el que fliparás.
Deja hueco para el postre, claro; que también entre lassi y los peculiares gulab jamun —unos bizcochitos de leche en almíbar— redondearán el planazo. Si no otra buena opción es decantarse por alguno de los exóticos cócteles que también incluye su oferta; una elección especialmente recomendada la noches de los fines de semana cuando el restaurante extiende su horario hasta más allá de la medianoche.