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‘Gastrochigre’, un asturiano muy gamberro en Lavapiés

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*** ESTABLECIMIENTO CERRADO ***

Olvida todos los referentes sobre cocina asturiana que tienes en mente. Ni la fabada, ni el chorizo a la sidra ni el cachopo se disfrutan en este lugar de la forma convencional a la que estamos acostumbrados. Gastrochigre, uno de los nuevos referentes de Lavapiés le da un giro muy gamberro a la cocina de la abuela asturiana y sorprende, vaya si lo hace. En su pequeño local de la calle Buenavista ponen sobre la mesa algunas reinvenciones muy locas y bien sabrosas de la culinaria del Principado y, lo mejor de todo, a un precio muy, pero que muy ajustado.

El chigre es para los asturianos el bar de siempre, el que hay debajo de casa, ése en el que el camarero te llama por tu nombre y sabe exactamente lo que quieres. Y esa es la idea que ha querido trasladar Jorge Fernández a este céntrico barrio madrileño. Desde Asturias con amor, Gastrochigre es un local en el que se plasma la personalidad de su propietario y con su decoración ecléctica -y sí, ciertamente gamberra- atrae al comensal que busca locales informales en los que comer bien.

La atención personalizada de Jorge le suma puntos a la experiencia. Él no solo le pone mimo a cada receta, sino que además procura sorprender al cliente y, a menudo, varía las raciones disponibles en su carta. Un cliente que, por cierto, puede disfrutar esta experiencia en petit comité, ya que ofrecen la posibilidad de cerrar el local a comidas/cenas  privadas de grupos de más de seis entre semana. Y claro, ya que estamos sentados a la mesa, ¡que empiece el banquete!

Comenzamos con un clásico infalible: las Croquetas de solomillo y setas, con los pedazos de carne bien integrados en la bechamel. Para continuar, nos ponemos manos a la obra con las Gyozas de pote asturiano y kimchi de berza, el que es, sin lugar a dudas, el plato estrella de su carta. Una increíble combinación de sabores elaborada con las fabes de Luarca y todo el saborazo de Asturias en formato asiático. Tras esto, vale la pena detenerse en el Chorizo a la sidra con gnocchi y huevo a 64º, una potente combinación de sabor que se suaviza con la yema del huevo. A continuación, otra de las raciones más deseadas de la casa -y la más abundante- es el Arroz con pitu a nuestra manera, en la que el pollo se reboza y fríe, dándole así este toque canalla a la receta original.

Después de esas gyozas que flipan a todos, echábamos en falta un plato de cuchara en el que degustar con más calma las fabes y, por supuesto, llega a la mesa. Son las Fabes cena del cura con setas y trufa, con una textura mucho más suave que la alubias a las que estamos acostumbrados. ¿Y qué otro emblema de la gastronomía asturiana no ha llegado aún? Efectivamente, el Minicachopo «hamburguesa con crema Peñasanta» nos muestra que, incluso al adorado cachopo se le puede dar una vuelta y mejorarlo. El carácter bable llega también en el postre porque el arroz con leche está presente en él. Concretamente el banquete se cierra con un Pastel de chocolate y cerveza negra sobre arroz con leche.

Lo de que el postre incluya cerveza viene por la experiencia y el amor del propietario por este fermentado en su versión artesana. De hecho, te recomendamos que te dejes aconsejar por sus sabiduría a la hora de maridar las raciones que pidas. En el caso de que te decidas por el Menú degustación (que pasea por ocho platillos de su carta a un precio que no te vas a creer) hay ya un maridaje con cerveza que le va de 10 a los platos que Jorge prepara. Como de 10 es todo aquí, porque con producto sencillo, técnica cuidada y mucho amor a la tierra, da gusto comerse Asturias (y parte del mundo) desde este rincón de Lavapiés.

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