Tags: azotea, cena + copa, cócteles
Si hay una calle de la que los madrileños no sintamos especialmente orgullosos esa es la Gran Vía. Por algo es la calle más transitada, la más fotografiada, y la más reconocible fuera de nuestra ciudad. Por eso toda terraza que abran en cualquiera de los inmuebles que se extienden a lo largo de sus 1.362 metros tiene el triunfo asegurado. Porque nadie se resiste a comer o tomar unos cócteles con vistas a este portentoso bulevar que vertebra el centro de la capital.
Pero las magníficas vistas que ofrece de la Gran Vía no es el único atractivo de Ella Sky Bar, el rooftop ubicado en la décima planta del número 42 de esta calle, frente a la plaza de Callao y el cartel luminoso de Schweppes. Desde aquí podemos divisar buena parte del centro de Madrid (Puerta del Sol, Palacio Real, San Francisco El Grande), pero si nos asomamos al otro lateral de la terraza, podemos ver el skyline de toda la zona norte de la ciudad, desde Malasaña hasta más allá de las Cuatro Torres. Unas vistas impagables de toda la ciudad que ganan en belleza cuando empieza a caer el sol y el cielo de Madrid empieza a mostrar una deslumbrante paleta de colores, mientras el alumbrado y los luminosos de las calles se van encendiendo.
Un espectáculo que puedes disfrutar desde su azotea, en alguno de los veladores que se reparten a lo largo de ella mientras disfrutas de unas tapas con un buen vino o uno de los combinados que incluye su carta de cócteles -hay quienes se animan también a compartir una cachimba- . O en el elegante salón-comedor que se ubica en la planta inferior, decorado por el prestigioso estudio Cuarto Interior, y que también cuenta con amplios ventanales para que podamos contemplar tan magníficas panorámicas mientras cenas con amigos o en pareja.
A su favor, Ella Sky Bar cuenta también con una propuesta gastronómica de nivel considerable para cualquier momento del día, desde la hora del desayuno hasta la cena, momento para el que cuenta con una cuidada selección de platos con opciones para todos los gustos, desde los clásicos más castizos (Rabo de toro con puré de patatas al vino tinto, Carrillera de ternera) a recetas internacionales (Risotto con foie, Ceviche del mar con leche de tigre) más algunas opciones finger food pensadas para comidas más informales (montaditos, brochetas y raciones de jamón o queso para compartir, entre otros).
Por si fuera poco, suelen contar con sesiones de DJs prácticamente a diario y brunch para las mañanas del fin de semana. Como decíamos, no solo tiene la mejor ubicación sino que sus responsables han ideado una terraza a la altura del entorno. Ella ha llegado para quedarse.