Tasca tradicional y modesta como quedan pocas en el centro de Madrid. El local lleva por nombre el número y la calle donde se ubica, El dos de Sagasta, junto al renovado Café Comercial y muy próximo al metro de Bilbao. En su fachada, decorada en tonos rojos, como es característico en casi todas las tabernas de este tipo, podemos leer también la palabra Vinos. Dentro lo que vamos a encontrar es un mostrador de mármol, cubierto por una barra de estaño, mesas bajas de madera, algún taburete, azulejos de un impecable blanco y paredes atestadas de imágenes del pasado, algunas con un punto kitsch como el retrato del que fuera alcalde de nuestra ciudad en los años noventa: José María Álvarez del Manzano. La sencillez manda en este espacio que fue fundado en 1880 por el gallego Pedro López Arias, bisabuelo de la actual propietaria, Araceli, que se ocupa de atender al personal junto a su marido, Alfonso.
Los dos se encargan de dar salida a su estupendo vermut casero, mucho más ligero y suave que la mayoría de los que se sirven de barril. Su leve olor a canela y genciana ya da algunas pistas de lo que podría llevar la codiciada receta secreta. También se ve mucho botellín y chato de vino. Para acompañar, canapés de sobrasada, cabrales y salchichón o aceitunas y banderillas picantes; cuentan con conservas de Albo y Cuca. Parece que en breves se jubilarán o eso es lo que quieren hacernos creer, así que si tienes ocasión y pasas cerca no dejes de hacerles una visita.