Tags: brunch
Eat My Trip se suma a la ola de restaurantes all day brunch que abren sede en Madrid después de triunfar en otras grandes ciudades como Lisboa o Barcelona. Precisamente de esta última ciudad llega esta nueva enseña que da una vuelta de tuerca a los menús de brunch tradicionales, ampliando su abanico de sabores con la introducción de ciertos toques creativos y productos exóticos. La idea viene de su fundadora, Genia Sukhacheva, que quiso aplicar a los platos tradicionales del desayuno-almuerzo algunas de las técnicas y sabores que había descubierto durante sus viajes por Asia dando así lugar a originales y gustosos sandwiches, tostadas y platos de huevos benedict a los que no han tenido más remedio que rendirse los aficionados a los desayunos tardíos.
Pero no queda ahí la cosa. Además de este agradecido toque exótico, otra marca de la casa son las coloridas y cuidadas presentaciones de todos sus platos que los hacen mucho más apetecibles y, por tanto, más instagrameables. Si ello lo podemos hacer en un luminoso y muy fotogénico espacio en una de las zonas con más encanto de Madrid, junto al Viaducto de Segovia, la fórmula tampoco podía fallar entre los madrileños entre los que cada vez hay más adeptos a eso de tomar el brunch a cualquier hora y cualquier día de la semana. Para ellos Eat My Trip ha ideado un extenso listado de platos viajeros para que elaboremos un menú a medida de nuestro apetito, preferencias y presupuesto. No hay normas, pero sí mucho y bueno donde elegir. Si atendemos a los enunciados de la carta todo apetece, y si miramos los platos que llegan a las mesas de alrededor, también.
Elegir no va a ser cosa fácil, aunque sí que hay algunos platos imprescindibles que conviene anotar para la primera, o segunda, visita. El primero de ellos es el Thai Huevos Benedict, una versión de los clásicos huevos poché (vienen dos, por lo que es un plato que se puede perfectamente compartir) con pan brioche, espinacas, champiñones salteados, salsa holandesa con curry thai Panang y papadums, el típico pan fino indio elaborado con legumbres. El plato insignia de la casa marca el inicio de un viaje culinario sin retorno que también debería tener parada en Los Alpes para tomar otro provocativo plato que aúna en una sartén dos huevos pochados, patatas trufadas, queso gruyer fundido, queso crema con hierbas, peninillos, champiñones, virutas de parmesano y tostas de pan casero. Sí, has leído bien: Eat My Trip cuenta con su propio pan casero y sin harina elaborado con semillas y frutos secos que está realmente bueno; hacednos caso.
Otras opciones destacadas del apartado de platos salados son la Hamburguesa Thai, de pollo mechado y especial al estilo thai, y el Guacascramble, una tostada de pan de masa madre con dos huevos revueltos, salmón ahumado, guacamole, cebollino, creme freiche. Si bien la carta incluye otras muchas suculencias en forma de bowls saludables, tostadas y sandwiches. De esta última sección, una apuesta más que segura es el Avolover, un sandwich caliente de pan de masa madre que ofrece toda una explosión de sabores al combinar queso suizo, salsa chili dulce y aguacate.
En el capítulo ‘Especialidades de Brunch dulce’ vamos a encontrar más elaboraciones en las que los sabores y el sentido estético juegan en el mismo plano, como la Tostada francesa -para quien no la conozca aún-, una especie de torrija con pan de molde, bañada en sirope y aromatizada con canela, que en Eat My Trip preparan con sirope de cereza, creme freiche, plátano caramelizado, compota de cereza y crumble de galleta. Un bocado opulento que los que han conocido el restaurante a través de las redes sociales suelen pedir en su su versión ‘mágica’ , coronada con una nube de algodón de azúcar, para hacer así la ya típica foto para Instagram. También lleva cúpula de nube de azúcar la Fiesta de tortitas, una torre de pancakes con frutas, merengues y diferentes salsas dulces que es toda una bendición para los más golosos (la nube de azúcar queda genial para la fotografía, pero no es de consumición obligada).
Hay también unas muy interesantes tartas caseras, como Pan de plátano (con o sin bola de helado), Cheesecake (de frutos Rojos o dulce de leche) o Tarta de zanahoria, así como otros postres y bizcochos, buena parte de ellos, aptos para veganos. Ya para acompañar, gran variedad de cafés (de especialidad, no podía ser menos) smoothies, zumos y cócteles, entre los que se hace casi obligada la Mimosa, el más clásico y eficaz aliado de los brunch.
Con todo esto, entenderéis por qué Eat My Trip debe ser destino obligado para los partidarios de los desayunos tardíos y muy generosos. Además, ese punto exótico y disfrutón de sus platos, pensados en su mayoría para compartir, y los precios moderados de todos ellos, termina por convencer incluso a los que no simpatizan demasiado con esta fórmula. Que todo hay que decirlo: cada vez son menos.