‘Casa Gerardo’, de despacho de vinos a taberna
La calle Calatrava es sinónimo de historia tabernaria. En el número 21 de esta centenaria vía encontramos Casa Gerardo, un despacho de vinos en origen, que desde el año 59 fue evolucionando a taberna. Hoy los hijos del propietario original le han dado un nuevo brío al local, manteniendo la esencia de un espacio castizo: mostrador de mármol, zócalo de azulejos, madera vista, tinajas en las paredes…
Un lugar añejo que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos. Las pizarras anuncian una selección de quesos que no tiene competencia por la zona: Gamoneu, idiazabal, majorero, pata de mulo, torta de Cañarejal, pañoleta de la Garrotxa… Una antología quesera -algunos días hacen presentaciones de pequeños productores- que se acompaña de multitud de desconocidos vinos locales.
Los domingos no resulta fácil hacerse un hueco en su diminuto espacio, pero si se visita entre semana también se puede disfrutar de un amplio muestrario de tostas y raciones. A destacar aquellas que llevan sus reconocidos helados de wasabi y pimientos. Bacalao desmigado, cecina, sobrasada o berenjena de Almagro son otras de las especialidades de este templo del sabor.
