Brunch musical en Bule Bule

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El brunch es una de las costumbres que más se ha extendido en los últimos años en la capital. Cada vez son más los espacios que se suman a esta tendencia de desayuno tardío o comida tempranera, según se mire. Porque también son más los comensales que se rinden ante los muchos reclamos que ofrece: es ideal para disfrutar del fin de semana sin estar pendiente de los horarios de comida y nos permite disfrutar opciones para todos los gustos, dulces y saladas.
Pero qué os vamos a contar, a estas alturas ya todos conocemos las bondades del brunch. Lo que sí os va a sonar nuevo es la propuesta que trae el restaurante Bule Bule (Marqués de Valdeiglesias, 6), que ha querido diferenciarse de toda la oferta actual convirtiendo su desayuno tardío en una propuesta única y muy musical. Para ello cuenta con el talento de su polifacético staff, que lo mismo canta, baila o interpreta a un personal que se encargará de ponerle música y ritmo a los mediodías del sábado. Aunque eso será después de terminar el menú de tres pases que comienza, como no podía ser de otra forma, con una mimosa de bienvenida para abrir el apetito.
La propuesta, confeccionada para hacer disfrutar comienza con los clásicos huevos Benedictine, que podrás acompañar con aguacate y salmón, bacon rostizado y patatas baby o alcachofas confitadas. Si prefieres otros sabores tendrás la opción de escoger entre Croquetas de jamón y trufa, Gyozas de pato laqueado con salsa yakiniku, Tacos de cochinita pibil, o un plato variado con cada uno de estos bocados (que fue nuestra elección para probar así los tres bocados). De segundo la carta ofrece suculentas opciones: Hamburguesa de vaca madurada con pan brioche, Chiken and waffles con bacon (un original combinación dulce-salado, con gofre y pollo frito + bacon), Tataki de atún con mango y salsa ponzu o Burrata de búfala sobre tomate ibérico, rúcula y pesto rojo.
No podía faltar la nota dulce para culminar como se merece esta singular propuesta aunque nos obliga a tomar una difícil decisión: Tarta de queso cremosa Bule con su helado de galleta (que sigue la celebrada receta del grupo El Escondite: Café Comercial, El Escondite de Villanueva, etc), el Croissant con Nutella y helado, la Tarta rota de chocolate o las Tortitas caseras con fresas, plátano, helado y sirope de agave. Lo único que lamentamos es que no sirvan cafés ni tés, sería perfecto para cerrar el menú y cargar algo de energía.
Con la llegada de los postres es cuando irrumpen en la sala los artistas de Bule Bule. A alguno de ellos ya lo habíamos visto en la cabina amenizando el almuerzo con muchos de los éxitos del pop-rock de las últimas décadas, pero no será hasta este momento cuando podamos escucharlos cantar en directo. Los protagonistas y el repertorio cambian cada semana, pero la diversión y el buen rollo están garantizados durante toda la sobremesa. Y, por supuesto, el público está más que invitado a participar y corear las canciones seleccionadas por los artistas para el concierto de ese día.
Este es el momento idóneo para pasar a los cócteles, sin duda, uno de los estandartes de este restaurante. Para ello cuenta con una completísima oferta, con más de 20 tipos de combinados, que van desde las fórmulas más clásicas a atrevidas creaciones propias con sabores rompedores. Aunque los que quieran seguir fieles a su gin tonic de sobremesa también encontrarán en la barra su ginebra favorita para mantenerse ‘ocupado’ hasta que finalice la fiesta (en torno a las 17h).
Si hasta ahora todo te había parecido divertido y tentador, espera a oír su precio: 25€ por persona. Un motivo extra para querer sumarnos a la fiesta, ¿verdad?
Reservas llamando por teléfono o desde la web del Bule Bule.