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Hemos hecho del brunch una costumbre ya tan nuestra que solo faltaba que replanteáramos el menú con platos genuinamente españoles. Un paso que se ha atrevido a dar Casa Orellana, la moderna casa de comidas ubicada en la zona de Salesas, que ha diseñado un brunch para los fines de semana con platos que tienen a los embutidos ibéricos como grandes protagonistas. Y, ojo, que no se trata de unos ibéricos cualquiera, sino que llevan el sello de una de las marcas más preciadas de todo el territorio nacional, Carrasco Ibéricos. Una etiqueta que ya por sí sola es sinónimo de máxima calidad; si a ello le añadimos la buena mano de Guillermo Salazar, al mando de las cocinas de esta casa Orellana, el placer está garantizado.
El menú es sencillo pero lo suficientemente potente como para hacerse un hueco destacado entre los desayunos tardíos más recomendables de la ciudad. Comienza con un mollete de paletilla ibérica, bocado muy típico de Andalucía, al que le siguen unos deliciosos huevos fritos con su puntilla, acompañados de paletilla ibérica de bellota o chichas de salchichón ibérico (a elegir) y patatas panadera. Para acompañar, los comensales pueden elegir bebidas como zumo de naranja, café, vermut, cerveza o vino. Si queremos darle un toque más sofisticado, tenemos la opción de sumar una copa de champagne pagando un importe extra.
No, encontramos por ninguna parte los habituales huevos benedictine. En cambio, esta versión tan española del brunch, al igual que ocurre con muchos de los platos de Casa Orellana, incita como ninguno a mojar pan y, sobre todo, a disfrutar de unos sabores excelsos. Era el objetivo del sevillano Guillermo Salazar: homenajear a clásicos llenos de sabor de nuestra gastronomía; y damos fe de que lo consigue.
Si hace buen tiempo os animamos a elegir su terraza en la parisina calle Orellana para disfrutar de tan suculentos bocados; si no, su coqueto salón, que homenajea a las casa de comida tradicionales también es un escenario perfecto. El único inconveniente que le vemos es el poco tiempo que nos dejan para dedicarle a la sobremesa, pues si el servicio de brunch comienza a las 12h, a las 13:30h debemos dejar libre la mesa, que suele estar reservada para el turno de comidas.