«De Madrid al cielo». Una frase que cobra todo su sentido en este enclave, a 100 metros del suelo y con unas majestuosas vistas de la ciudad que parece, literalmente, a nuestros pies. Especialmente cuando pasamos por la pasarela de cristal ubicada en el sky bar por la que, por mucho vértigo que sufras, te obligarás a pasar para hacerte el selfie de rigor. No puedes volver a poner el pie en la calle sin él.
La terraza ubicada en la planta 27 del flamante Hotel Riu Plaza de España (abrió sus puertas en verano de 2019) casi nos permite tocar el cielo de Madrid, ese del que nos sentimos tan orgullosos los madrileños. Por eso se ha convertido en uno de los sitios más codiciados tanto por los madrileños como por los turistas que a lo largo del año vienen a la capital, que ya tienen marcado en rojo este rooftop en la lista de visitas obligadas durante su estancia; las colas que se forman a la puerta de acceso al sky bar en cuanto llega el buen tiempo dejan constancia de ello. Y no es para menos, pues además de las increíbles fotografías que el lugar nos permite hacer, podremos disfrutar de una extraordinaria panorámica 360º de Madrid, de ahí su nombre 360º Sky Bar.
Nada más salir al exterior, lo primero que podemos contemplar son las inmediaciones de la zona (Plaza de España, Torre de Madrid, Gran Vía, Conde Duque y barrio de Malasaña) hasta la Casa de Campo (donde podemos divisar la montaña rusa y la lanzadera del Parque de Atracciones). Después, a la derecha, observamos faro de Moncloa, el Arco de la Victoria y parte de la Sierra de Madrid; y, si miramos a nuestra izquierda, el Palacio Real, la Almudena o el Teatro Real. Pero si nos vamos a la parte trasera, donde se encuentra la pasarela, el horizonte es aún mayor, pudiendo contemplar la zona norte de la ciudad, desde la Torre de Colón, los rascacielos de Azca o las Cuatro torres de la Castellana.
Otra de las cualidades que hacen excepcional este terraza es su extensión: 570 m2 por los que se reparten diferentes sillones y sofás, veladores altos con taburetes y dos barras de las que no paran de salir camareros con bandejas repletas de bebidas para los clientes que se reparten por todo el skybar. Aunque, como comentamos anteriormente, lo que realmente le hace única es su pasarela de cristal, de 4,5 metros de longitud y suspendida en el aire a una altura de 100 metros. Esta une dos de las torres posteriores del edificio y está compuesta por cuatro placas de vidrio bajo las que absolutamente no hay nada, solo el vacío. Es el punto donde se disparan el mayor número de fotografías, tanto desde la misma pasarela, como desde la entreplanta que hay en el interior del edificio, punto del que se puede lograr mejor el efecto de caminar por el cielo. En esa entreplanta, entre los pisos 26 y 27, es donde se encuentra la discoteca De Madrid al cielo, una sala de fiestas de inspiración ochentera donde podremos bailar las noches del fin de semana con unas impagables vistas de la ciudad como telón de fondo.
Solo falta una piscina, ¿verdad? Pues la hay, pero solo para uso de los clientes del hotel, y ubicada en otra planta, la 21, por lo que también puedes verla -y sentir mucha envidia- desde la azotea del que es el octavo rascacielos más alto de la capital. Un edificio ya icónico de la capital, levantado en 1953, y que después de unos años de abandono ha conseguido recuperar todo su esplendor, y poner al alcance de todos el cielo de Madrid.