‘Vega’, los activistas del sabor vegano
Hoy en día es muy común encontrar en Madrid restaurantes especializados en cocina vegana. Algunos de ellos han optado por centrarse en las hamburguesas consiguiendo no sólo que olvidemos la carne, sino que también se hagan adeptos a ellas muchos carnívoros. Otros, por su parte, trabajan sobre el concepto raw food dentro del universo vegano, lo que se traduce en cocina vegana cruda en la que los ingredientes mantienen intactas sus propiedades. Y luego está Vega, uno de los más veteranos de la ciudad y -desde luego- el primero que le dio un toque creativo a esta alternativa alimentaria, trabaja con la idea de que la cocina vegana puede ser sabrosa y más que apetecible. El éxito apabullante de su primera sede en la calle Luna ha dado lugar a una segunda apertura, esta vez en la calle del Álamo, muy cerca de Plaza de España.
El principal impulso que llevó a sus socios a abrir el primer local fue crear un vegano que trabajase con producto ecológico y en el que las recetas fuesen creativas y tuviesen un sabor muy casero. La comida de Vega se caracteriza, de hecho, por sabores intensos y diferentes en cada uno de los platos. Tal y como nos cuentan los responsables del restaurante, ellos querían poner en marcha un restaurante amable y convertirse en activistas del sabor. ‘Para empezar a hablarle de veganismo a la gente, primero hay que enseñarles el sabor’, comentan.
Así, nació un pequeño local que, a día de hoy, se llena cada mediodía gracias a un menú del día con una excelente relación calidad precio. En este espacio más pequeño y oscuro se mantiene una estética con un punto trush, mientras que en la sede de los alrededores de Plaza de España han querido algo más posh, tal y como define uno de sus propietarios.
Además de las diferencias estéticas, en el nuevo Vega también hay otras propuestas foodie diferentes. Entre ellas destacan algunos clásicos de la cocina vegana como son las Croquetas de setas y se incluyen algunos principales sorprendentes como su Sopa de Cebolla que se prepara con pan sin gluten (como el 80% de la carta de este nuevo restaurante) y a la que se le añade un queso Gruyere vegano, por supuesto. Llaman la atención también sus Brochetas de heura, una proteína de origen vegetal cuya textura nos recuerda mucho a la de la carne de pollo o pavo. Por ello, esta receta en la que este producto se entremezcla con hortalizas y se baña con salsa tonkatsu, la versión japo de la salsa inglesa, es un must. No hay que pasar por alto tampoco los postres de Vega entre los que destaca su Tarta de lima, una especie de cheesecake -sin queso, obviamente- y con un suave sabor a lima y un curioso color verde.
Para acompañar todos sus platos y siguiendo su filosofía, las cervezas y vinos son de productores locales, de forma que se potencia el comercio madrileño. Además, los vinos son naturales, lo mismo que ocurre con los destilados empleados en su carta de coctelería: son orgánicos y proceden del comercio justo. Una buena forma de cerrar una comida/ cena con un filosofía muy clara: cuidado al producto, veganismo y, como indican desde Vega, la práctica del activismo del sabor que les ha llevado a ser uno de los más top de la ciudad.
