No podemos negarlo. Sentimos debilidad por los restaurantes que fusionan tradición con vanguardia y, además, miman el ambiente, la calidad y el servicio. Por eso en cuanto tuvimos noticias de la apertura de un espacio con una propuesta tan inesperada como la de El Hombre Pez, que mezcla la cocina cántabra con la india, no pudimos resistirnos a visitarlo. Más cuando conocimos que detrás de este singular proyecto se encuentra el Grupo Khazuria, artífice de algunos de los mejores restaurantes de cocina india de la capital como Purnima o Bangalore. La idea viene de su propietario, Delwar Mozumder, quién decidió dar el paso de fusionar las bondades de la cocina cántabra, su favorita del territorio español, con las recetas más típicas de su país de origen. De esta forma, se permitiría trabajar con los excelentes productos del norte de España para dar lugar a nuevos y sorprendentes sabores al cocinarse con las técnicas tradicionales y especies exóticas de la India.
El lugar elegido para levantar tan singular empresa es el barrio de Salamanca, en el 102 de la calle Velázquez. Un local de tres alturas que permite dar cabida a las diferentes propuestas que trae consigo El Hombre Pez. Una amplio y elegante salón comedor en la planta superior; otra sala en la planta baja donde su ubica la coctelería (el diseño de la barra recuerda al camarote de un barco pesquero) y que acoge también unas vitrinas con conservas y especias típicas de ambos países (espárragos, bonito del norte, ventresca, canela, cúrcuma, brotes de soja) con la marca El Hombre Pez y que también pueden solicitarse para llevar a casa. Y, finalmente, un comedor más pequeño en el entresuelo que a través de unos grandes ventanales se conecta a la calle donde, con el buen tiempo, también podemos encontrar una terraza.
Todo el interiorismo, que lleva la firma de los solicitadísimos Madrid In Love, está cuidado al detalle. Desde los colores de las paredes, muebles y tapicerías, con tonos arena y dorados que remiten a la cultura india, hasta las formas curvas y acuáticas de parte del mobiliario y algunos elementos arquitectónicos que quieren emular el Mar Cantábrico. Aparte, hay una referencia clara a la capital de Cantabria con la presencia en las escaleras que vertebran el restaurante de tres esculturas inspiradas en el monumento de los Raqueros, que se encuentra en el Paseo Pereda de Santander.
LA FUSIÓN, LA MEJOR OPCIÓN
La carta, como el espacio, también se reparte en tres apartados: una sección con recetas tradicionales cántabras, otra con platos genuinamente indios y una tercera -la más interesante, en nuestra opinión- que aúna ambas cocinas. En este apartado fusión encontramos el Tartar de Atún con Tikka Masala, un gustoso tartar que alcanza nuevos matices al acompañarse de una salsa con especias, yogur y tomate; o, el plato estrella, el Rodaballo Tandori, elaborado al estilo indio, acompañado de arroz especiado y servido con una tuile de camarones. Entusiasman también los platos de carne, como las Albóndigas de Tudanca con korma, coco, azafrán y frutos secos y el Solomillo salteado con verduras, arroz basmati y curry rojo, aunque los más atrevidos posiblemente echen en falta algo más de potencia en los picantes, que siempre son moderados para gustar a todos los paladares.
Hay mucho nivel en la sección de recetas indias, como cabe esperar de un restaurante del Grupo Khazuria. Los platos de tandoori al horno, como el Malai Chicken Tikka, los distintos currys de pollo y los de ternera, muestran bastante nivel y están a la alturas de las expectativas. Y ya si los tomáis acompañados de sus panes al horno tandoori (de cebolla, de coco y frutos secos, de queso, el de ajo y el natural), la intensidad organoléptica se dispara en cada bocado.
Los platos tradicionales de Cantabria cumplen bien, aunque nos decantamos por aquellos que incluyen pequeños guiños hindúes en su presentación como las Rabas de calamar, que aquí proponen mojar con dos salsas diferentes (yogur y menta, por un lado, y otra de tandori, por otra), ofreciendo al plato bastante más chispa. Algo similar sucede con el Pastel de Cabracho con mahonesa de lima o los Maganos, platillo de calamares encebollados muy característico de la tierra y que son perfectos para abrir el apetito con sabores propios de la tierruca antes de lanzarse de lleno a la fusión. Postura que recomendamos mantener hasta la llegada del postre, capítulo en el que goza de merecida fama la Quesada pasiega con helado de mango, sin duda, una tarta de queso de las que dejan recuerdo.
Hay un menú degustación que fusiona los dos tipos de cocina y otro menú de degustación solo de cocina cántabra para los que quieran evitarse elegir y optar por los platos en los que más confía la casa. Aunque ninguno de ellos incluye una de las propuestas más interesante de El Hombre Pez, sus cócteles, que no deben pasarse por alto. En especial, El Hombre Pez (vodka, licor de melón, yuzu, zumo de limón, sirope de chocolate blanco y ginger beer), un estimulante y refrescante combinado servido en una vasija con forma de pez y que sirve el equipo de sala para explicar a los comensales la leyenda que da nombre al restaurante. Es la historia de un vecino de Liérganes que desapareció en el mar a mediados del s. XVII y que fue encontrado años después en las costas de Cádiz, con escamas y forma de pez. Una vez fue identificado, lo llevaron a su hogar con sus familiares, pero «el hombre pez» no supo adaptarse a la vida en la tierra y acabó desapareciendo de nuevo arrojándose al mar.
En resumen, un restaurante donde la tradición y el exotismo conviven juntos y revueltos, y que resulta perfecto para los sabuesos a la caza de experiencias gastro de alto voltaje. Original, atrevido y, sin duda, disfrutable.
EL IMPRESCINDIBLE El Tartar de Atún con Tikka Masala, el mejor ejemplo de la acertada combinación de los productos del Cantábrico con los sabores más identificables de la cocina india.
FÍJATE EN La decoración es espectacular, repleta de detalles, pero nuestro rincón favorito se encuentra al fondo de la planta superior, donde encontramos un pequeño comedor con paredes de azulejos dorados y esculturas de peces de madera.