Un restaurante que ha cambiado de carta dos veces en un mes está condenado a sorprender siempre, pero si de fondo tenemos a Pablo Fernández (chef que ha compartido fogones con Gordon Ramsay, Èric Frèchon o Gastón Acurio) a uno se le quita el miedo. Un hombre que después de 20 años cocinando ha decidido abrir su proyecto más personal: Nodrama. Un concepto que defiende la creatividad a capa y espada y que ha nacido con la intención de convertirse en una de las propuestas más potentes del barrio de Chamberí.
Lo encontramos en el número 67 de la calle Zurbano. Se trata de un local de grandes ventanales y espacio para solo 28 foodies. ¿Su interiorismo? Minimalista y acogedor, firmado por Morandi Arcela (de Estudio Brandfood) y el poder de embelesar a cualquiera con muy poquito. Inspirado en la fusión de la cultura japonesa y el estilo nórdico europeo, donde llaman especialmente la atención las oníricas lámparas hechas por Lab Des Sens Atelier, los delicados papeles de la pared pintados a mano por Buenaventura y la elegante vajilla creada especialmente para ellos por Gastroplat. Frente a la cocina vista se ha dispuesto una mesa japonesa para que los comensales seamos testigos de cómo se terminan y emplatan las elaboraciones.
NO A LA FUSIÓN, SÍ AL MESTIZAJE
A la propuesta gastronómica de NoDrama la guían la filosofía nipona, la estacionalidad de los productos y un mestizaje creativo lleno de ingredientes y técnicas de diferentes países, donde están presentes cocinas como la francesa, británica, nikkei y asiática. Por eso aquí lo que nos encontramos es una carta que muta en función de la temporalidad y de lo que a Pablo le apetezca crear (los principales cambian cada temporada, los snacks cada semana y los aperitivos todos los días). Y todo esto -que no es poco- se materializa en dos menús degustación: el primero y más cortito de 6 pases; el segundo, pensado para disfrutar de la propuesta de forma más relajada en varias horas, está formado por 9 pases (ambos con un pre postre a modo de extra). No falta una pequeña selección de platos a la carta que también van cambiando a menudo y que se pueden escoger si no apetece enzarzarse con el letargo que suele acompañar a los menús degustación.
OBJETIVO: SORPRENDER, SORPRENDER Y SORPRENDER
Ambos menús degustación comparten algunos platos, así que la versión larga se convierte casi en una ampliación de la versión corta. En ellos encontramos recetas como el Crocante de Arroz a base de foie gras, gel de Hoisin y pimienta de Espelette; el Air Bag, una esfera crocante de velouté de carabineros y huevas de pez volador; el Tagliolino Perakan to Lima, un plato de pasta fresca con salsa de coco, gamba roja y ají panca; la Ventresca a la brasa con salsa de leche de tigre caliente y trufa negra o la Carrillera glaseada con salsa japonesa y puré de patatas francés. Te baja el festival un ligero Sorbete de manzana verde y wasabi (pre postre) y el remate final llega con una Tarta de zanahoria con jengibre y helado de yogurt (postre).
En el menú largo amplían su propuesta con su Flor de Remolacha, elaborada con láminas de remolacha en reducción de Porto con crème fraiche y caviar; le siguen el Onsen Tamago, un huevo orgánico a baja temperatura con setas silvestres y lascas de atún, y la Oda a la Zamburiña, donde marinan el molusco en una emulsión de lima y lo acompañan con gel de ají amarillo. El pre postre y el postre coinciden en ambos menús. Pero a la carta, como decíamos, también se pueden probar otros platos, como por ejemplo un Consomé de Capón, un Tartar de Otoro con sésamo, aguacate, alga nori y jalapeños o sus deliciosos Raviolone de trufa blanca que elaboran con pasta fresca rellena de bechamel de parmesano, almendras y trufa blanca.
Para regar todo su trabajo proponen una carta de vinos (con variedad de precios) muy acertada creada por la sumiller Meritxell Falgueras, donde encontramos referencias de todo el mundo, incluyendo países como España, Croacia, Austria o Alemania. Pero también una selección de cócteles de autor de la mano del bartender italiano Diario Serra, famoso por su trabajo en Ceresio 7, una de las mejores coctelerías de Milán. Opciones para todos los gustos y para cualquier momento en el que nos encontremos del menú degustación (incluso con opciones sin alcohol). Entre ellos destaca su Negroni con espuma de lima y té ahumado, un poco fuerte, pero con carácter si lo que queremos es un bombardeo de sensaciones durante toda la velada.
Sin duda NoDrama ha salido al ruedo con la intención de ser toda una experiencia para el paladar. Una propuesta que aboga por ser diferente y atrevida y que tiene todas las mimbres para convertirse en uno de los espacio gastro más llamativos de la ciudad.