No se puede decir de otra forma: el fish & chips es el típico plato de guarreo anglosajón que siempre ha triunfado en materia de fritanga. Pero dentro de esta fritanga existen dos tipos bien diferenciados: los que te empapan la boca de aceite y los que te llenan de un crujiente perfecto. Nosotros somos más de lo segundo y los chicos que traemos hoy también. Hablamos de un negocio muy cañero que nació cuando tres amigos, saliendo de una noche de la Sala Apolo, decidieron relajar el bailoteo con un buen plato de fish & chips. Por supuesto la búsqueda no fue lo que esperaban y terminó siendo la excusa perfecta para montarse uno ellos mismos.
Por eso, The Fish & Chips Shop llega a la calle Campoamor de nuestra querida Madrid después de, claro está, haberlo petado en varios locales de Barcelona. Aunque este plato no sigue del todo los cánones que los inicios de la receta dictan, más bien se han marcado una nueva versión, más hipster y evolucionada, que mezcla los ingredientes de siempre con otros de la cultura pakistaní (de donde son dos su fundadores). ¿El resultado? Un plato sencillo que coge forma con una buena base de especias del sur asiático en el contexto de una cultura, como ya todos sabemos, británica. Por supuesto su presentación viene en un papel que imita al clásico diario de la versión inglesa. Pero además lo sirven en un pequeño local con cocina vista, llenito de muebles de madera y detalles en blanco y azul, con unas preciosas sillas estilo minimalista. Una decoración que consigue crear un ambiente informal muy agradable.
¿Y por qué esta cocina es totalmente diferente a lo que estamos acostumbrados en materia fish & chips? Pues porque esto no va de un bareto con olor a fritanga y una propuesta de pescado muy a lo fast food. The Fish & Chips Shop es un concepto que valora la calidad por encima de todo y que está totalmente comprometido con utilizar solo la mejor materia prima, para la que intentan proveerse de pequeños productores y proyectos jóvenes que lo estén partiendo en la escena gastro. Esto se traduce a pescado y marisco llegados del puerto de Celeiro (Lugo), siempre frescos y a rebozados con ingredientes cuidados y preparados para que crujan sin dejar grasa. Además los sazonan con especias orientales lo que le da un toque sabroso y especial. No faltan las colaboraciones con pequeñas marcas artesanas que lo están petando como los productos ahumados de Rooftop Smokehouse Barcelona (barriendo para casa) o las bebidas fermentadas de Rudo (Madrid), que convive a la perfección con una buena selección de vinos naturales elegidos por ellos.
Pero este local está lejos de ofrecer solo el bocado que le da nombre: en su carta podremos encontrar una propuesta que incluye entrantes como sus deliciosas Flores de alcachofa, las Bravas de pulpo rebozadas en panco sobre una base de patatas mojadas en una salsa picantona, los Mejillones al curry de coco o el Fake ceviche de berberechos. En los principales recomiendan platos como su jugoso Tataki de atún (con los bordes ligeramente cocinados y una salsa de yogur y curry para mojar), el clásico Bocadillo de calamares en honor a la capital o una original Fish burger. Aunque su plato estrella, como no, es el fish & chips que elaboran con merluza fresca rebozada en tempura ahumada y rematada con cornflakes, acompañado de unas adictivas patatas con especias marroquiés (artesanales, por supuesto, y procedentes también de tierras gallegas) y dos salsas para mojar el percal: tártara y chutney de mango. Una mezcla inesperada y llena de sabor que entra genial y sin culpabilidad alguna.
Otro de los platos al que están metiendo caña es al Lobster Roll, que preparan con una reducción de cabezas de bogavante y meten en el bollo con mantequilla ahumada súper esponjoso que adquieren a los artesanos de Panic. Si no puedes pedirlo en tu primera visita (os aseguramos que el pescado robazado con las patatas fritas, llena más que suficiente), es una buena excusa para volver una segunda (o tercera, o cuarta) ocasión.
Para poner el toque dulce a este delicioso picoteo nos proponen dos postres que sabemos desde ya que van a triunfar: el Ganache de chocolate (preparado con aceite de oliva y sal) y el Lemon pie. Para regar la comilona procede una buena birra. En concreto la IPA elegida específicamente para acompañar al Fish & Chips, aunque también se puede pedir una Garage IPA (que es la IPA clásica) o cerveza en jarra. El resto de opciones pasan por bebidas bien refrescantes pero sin alcohol, como la kombucha, el ginger beer, la limonada, el lemon lime & bitters o el homemade ice tea. Pero como decíamos antes, también hay una apuesta muy fuerte por los vinos naturales de pequeñas bodegas, como un Els Vinyerons 2019 Xarel-lo.
Un local que, sin duda alguna, nos saca a golpe de merluza fresca de esa viejuna creencia de que no se puede comer bien en un fish & chips. Lo malo es que nos deja las expectativas de este clásico tan altas que cualquier fish & chips que encontremos por ahí probablemente nunca esté a la altura. ¿Lo bueno? ¡Que está muy bueno!
EL IMPRESCINDIBLE… Obviamente, su particular Fish & Chips.
FÍJATE EN… El local, decorado con un estilo japo y nórdico a la vez, sencillo pero muy especial.