¿Cuál es la pizza más grande que te has comido? ¿Te atreverías con una de un metro? ¿Y de dos? Kilómetros de pizza es el primer restaurante de Europa que las hace en estos tamaños y, no estamos hablando de un establecimiento de fast food, éstas son de calidad gourmet. Pizzas de record que han sido diseñadas por el cuatro veces campeón del mundo de pizzas Jesús Marquina y que, por sus dimensiones, se cocinan en el horno más grande del mundo, creado en exclusiva para este restaurante por la marca italiana Castelli, ‘el Rolls-Royce’ de los hornos para pizzas.
En Kilómetros de pizza, la cantidad no está reñida con la calidad, pues en su preparación se utilizan ingredientes de primera, importados en su mayoría también de Italia. Además, gracias al empleo de harinas exclusivas, más sanas y digestivas, pues su masa, realizada con un 40% de agua y siguiendo un proceso artesanal de fermentación prolongada, es mucho más ligera que la de las pizzas convencionales. Todo el procedimiento de elaboración tiene lugar en la cocina del restaurante, a la vista de todo el público a través de unas grandes cristaleras, y sobre las que se sitúa un contador que registra la cantidad exacta de kilómetros, metros y centímetros de masa que se han servido hasta el momento.
Ya en la mesa, toca decidir cuánto vas a subir el contador: Un paso, la opción más pequeña (28×28 cms) equivale al formato individual y está elaborado con la masa clásica romana, crujiente por dentro y por fuera. A partir de ahí, la cosa se puede estirar a medio (de masa clásica también), uno y dos metros (con masa alla palla, más esponjosa); eso ya depende del número de comensales con que se comparta la mesa, y del apetito con el que se sienten a ella. En éstas últimas se puede elegir el tipo de pizza cada 50 cms, así nos permitimos probar las diferentes recetas. Entre ellas triunfa la de trigueros con pancetta (espárragos, azafrán, queso ricotta, pancetta y mozzarella) y la de seta fumigliola (setas, rúcula, parmesano y mozzarella). Conviene probar también la margarita, que pese a su sencillez (tomate, mozzarella y albahaca), sirve para constatar el nivel de los ingredientes que se emplean en la cocina; y la de foie con boletus y crema de calabaza (el nombre lo dice todo).
Pero la oferta de la casa no concluye en esta parcela. La carta contiene un apetecible listado de entrantes, diseñados por Juanjo López Bedmar, chef ejecutivo y propietario de La Tasquita de Enfrente, célebre restaurante de la capital premiado con dos Soles Repsol. Llevan su sello los espaguetis de calabacín con pesto, la burrata templada con champiñón en dos texturas y el tartar de boloñesa y huevos de corral, tan apreciado en las mejores trattorias romanas. Y como colofón, postres artesanales: tiramisú ‘gloria bendita’ (receta propia) o un cremoso helado de yogur y mango; irreprochables.
El local, ubicado en la Avenida de Brasil, ha sido creado a la medida de su oferta: grande, espacioso, con largas mesas y bancas de madera para grupos (también las hay pequeñas) y un conseguido toque mediterráneo, con tonos cálidos, relajada iluminación y plantas naturales repartidas por todo el espacio. Cuenta también con una zona de terraza en exterior y hasta un photocall ante el que serán fotografiados todos los campeones que puedan, ellos solos, con la pizza de un metro. No es el único premio, también estarán exentos de pagar su cuenta.
*fotos: Alfonso Ondarroa