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‘Charnela’, el especialista en mejillones de Ponzano

Laura Sutil

En la misma calle Ponzano se abre un pedacito de mar que sabe a Cantábrico. Ya su entrada quiere evocarnos el mar, y su nombre -del que después hablaremos- también habla del entorno marino. Se trata de un restaurante especializado en mejillones que traen directos desde la Ría de Arousa y con los que elaboran gran parte de las recetas que tienen en carta. Aunque, eso sí, aquí tampoco faltan la carne, las ensaladas u otros aperitivos de la culinaria más nuestra.

Éste es un proyecto familiar que lleva al mismísimo barrio de Chamberí un pedacito de esa Galicia que nos fascina. Lo lideran Alejandro Yravedra y Victoria Mántaras, una pareja apasionada por la gastronomía que, después de una amplia formación y diferentes viajes, decidieron que el productazo gallego iba a ser el factor diferenciador de su local en el barrio. Y para diferente también su nombre -retomamos esta idea- porque la charnela es la articulación que une las dos conchas de un bivalvo. Con un inicio así, la cosa no podría decepcionar.

Con una buena dosis de mimo iniciaron este proyecto, del que han cuidado mucho los detalles del espacio. Una barra clásica nos recibe al entrar porque no hay que olvidar que estamos en ‘zona Ponzaning’. Al fondo, el comedor, con una estética muy marinera y todo un altar decorativo dedicado a este molusco y que ha sido diseñado por Mónica Yravedra, hermana de Alejandro. Fue su decisión decorar las paredes del salón con piezas de diferentes artistas y sus diversas formas de retratar este producto marino. Presidiendo el espacio, un gran cuadro que refleja el pantone relacionado con el mundo del mejillón, una obra de la propia Mónica.

Charnela, el especialista en mejillones de Ponzano

RECETAS TRADICIONALES CON MEJILLÓN Y VIAJERAS

Alejandro y Victoria tenían algo claro: querían que la calidad de la materia prima fuese el reclamo que buscasen los habituales del barrio en este establecimiento. Además del buen ingrediente, también quisieron darle una vuelta de tuerca a las formas de cocinar este molusco y, si bien hay referencias a la cocina más tradicional, también encontramos sus cazuelitas de mejillones, inspiradas en las que se toman tradicionalmente en países europeos como Bélgica. Eso sí, aquí todos los ingredientes son made in Spain y el paladar reconoce esos sabores a casa, a comida recién hecha.

Centrándonos primero en los mejillones, Alejandro cuenta que no solo llegan de Galicia -de la Ría de Arousa para ser más concretos- sino que además la forma de producción es ecológica. Esto quiere decir que las bateas están más lejos de la costa, alejados de las toxinas. A partir de una materia prima de esta calidad, surgen un buen número de platos entre los que destacan algunos entrantes ligeros como el Charnelito, un homenaje al ceviche que aquí se prepara dentro de la propia concha del mejillón. Un clásico que no puede faltar tampoco al inicio de cualquier comanda es su Mejillón tigre, uno de esos bocados que gustan a todo el mundo.

Para seguir, es imprescindible pedirse el Bocatín charnelo, un guiño al mundo de la barra que está elaborado con pan de aceite, mejillones en escabeche, queso fundido, rúcula y una mayonesa hecha con el propio escabeche. Para probar algún otro de los productazos que hay en carta, resulta sorprendente el Tomate rosa en flor aliñado con nuestra vinagreta dulce y sal negra. Un plato muy sencillo pero bien sabroso.

Charnela, el especialista en mejillones de Ponzano

Si nos centramos en la especialidad de la casa, tenemos que hablar de sus cazuelas de mejillones preparadas al estilo belga. En este apartado del menú encontramos hasta ocho recetas diferentes -y una más que va variando cada mes- preparadas con diversas salsas. Una de las que más gusta es la Charnela, preparada con nata y curry, pero si buscamos algo con bien de alegría, los nuestros son los Mejillones feriantes preparados con salsa de tomate casera, manzanilla y picante.

Igual que ocurre con las cazuelas, pasa en líneas generales con su carta. Depende de la temporada introducen alguna receta extra. Esta idea continúa con los postres -por supuesto, aquí no todo iba a venir del mar- con cinco opciones caseras que suman una más que varia periódicamente. De todos ellos, nos quedamos con su Broulant, una deliciosa mezcla de brownie y coulant que, como puedes imaginar, hace la boca agua en el preciso instante en el que llega a la mesa.

Con el fin de ofrecerle una experiencia completa al cliente, en Charnela también han puesto especial atención a la carta de bebidas. Por eso, proponen maridar sus platos con una cuidada selección de vinos procedentes de pequeños productores. ¿Quién dijo que el vino tinto no le iba bien a los mejillones? En Charnela le dan la vuelta a lo preconcebido con referencias escogidas cuidadosamente: tintos, blancos y rosados con un rollo modernito, una amplia selección de espumosos, sidras y cerveza artesana. Y así, haciendo honor a su propio nombre, se articula Charnela: en torno al buen producto, recetas que gustan, estética cuidada y una experiencia redonda para los amantes del ponzaning.

EL IMPRESCINDIBLE es que pruebes alguna de sus cazuelas que, a buen seguro, te van a sorprender.

FÍJATE EN… la puerta de los baños están decoradas con dos grafitis. En el baño de mujeres hay un mejillón anaranjado -color de las hembras- y, cómo no, un mejillón blanco en el baño de chicos, el color característicos de los machos de esta especie.

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