‘Baiyor’, auténtico tailandés en Malasaña
Dicen de Tailandia que es el país de la sonrisa, no solo por la amabilidad de sus gentes sino también por la mueca de felicidad que provoca en los viajeros. Uno de los motivos que genera mayor simpatía entre los turistas es siempre la gastronomía local, algo que saben a la perfección en Baiyor un auténtico tailandés situado en la calle Manuela Malasaña del que, como no podía ser de otra forma, se sale feliz.
Responsables de esta felicidad son Moss Apinan Ocharoen y Benny Nattasiri Chunsri, los propietarios -tailandeses, por supuesto- de este local malasañero. Ellos llegaron a España para ayudar en otros negocios familiares y han terminado montando su propio restaurante: Baiyor. El nombre del propio establecimiento ya habla de lo bien intencionado que está todo aquí, ya que hace referencia a una planta muy empleada en la cocina del país asiático.
También con claros guiños a sus orígenes se ha decorado este local, en el que no faltan los colores vivos, la vegetación y la ostentación dorada que tanto gusta a los tailandeses. De hecho, según nos cuentan sus propietarios, el comedor interior de Baiyor, situado al fondo, quiere recuperar la esencia de un hogar típico. En el otro salón, el que nos encontramos nada más entrar, prima el colorido, la vitalidad y la luz que llegan desde la calle.
CARTA 100% THAI
Que nadie se espere encontrar en Baiyor recetas que no sean esencialmente tailandesas y beban directamente de la tradición culinaria del país. El recorrido por este pedazo del sudeste asiático comienza con un entrante llamado Tod Man Khung, una fritura hecha a base de langostino, pollo y raíz de cilantro frito y crujiente. Y es que en un primer vistazo por la carta de este local de los alrededores de San Bernardo, nos damos cuenta de que los protagonistas indiscutibles de su carta son los langostinos, que adquieren aquí todas las formas imaginables.
Con esta premisa, el siguiente bocado que tendríamos que probar sería el Khung Ma Kham, unas colas de langostino a la parrilla, servidas sobre un lecho de espinacas salteadas con ajo y aderezadas con salsa de tamarindo. Un curioso plato en el que llama poderosamente la atención el contraste salado con el dulzón tamarindo; algo que convence. También ideal para compartir y bien sabroso es su Khung Kra Tiam, langostinos salteados al aceite de ajo y cebolletas finas, algo así como nuestras populares gambas al ajillo pero en asian mood, por supuesto.
Pasando a los principales y los que tal vez sean los platos más demandados en las comandas encontramos su Paneng Khung, el curry rojo que sirven la mayoría de restaurantes en Tailandia y que suele acompañarse con un bowl de arroz blanco que sirve para equilibrar el sabor ligeramente picante -pero muy recomendable- de este plato. Una escala de picante que, tal y como nos comentan desde el restaurante, moderan en cada una de sus preparaciones. Tailandia es un país en el que se come muy especiado y picante y al traer las recetas a este lado del mundo, Benny y Moss han decidido rebajar el nivel, a menos que el comensal solicite el grado de ‘fogosidad’ habitual. Entonces, que se preparen esos paladares…
Otro emblema de la gastronomía thai es, sin lugar a dudas, el Pad Thai, los clásicos tallarines salteados con langostinos, brotes de soja, verduras y cacahuetes. Muy sabroso y similar al que se puede pedir en un puesto de street food de Bangkok. Para cerrar el capítulo de principales, lo mejor es decantarse por su curiosa forma de preparar el pescado. Muestra de ello es el Salmon Tod Yam Ma Muang, filetes de salmón fresco ligeramente rebozados y acompañados de ensalada de mango rallado, cebolla mora y cacahuete.
Como ocurre con la mayoría de los postres asiáticos, los de Tailandia tampoco pecan de excesos. Aquí la estrella es el Khao Nieow Mamuang, hecho a partir de mango y arroz glutinoso con leche de coco. Para maridar toda la comida, se recomienda echar mano de alguna cerveza tailandesa para vivir así la full experience. Una full experience que, por cierto, requiere cierta paciencia ya que aquí todos los platos se preparan al momento y, como es lógico, cada comanda lleva su tiempo y su dedicación por parte de Benny y Moss. Y sí, la espera bien merece la pena.
EL IMPRESCINDIBLE es su Panen Khung, tradicionales langostinos al curry rojo, con una salsa cremosa y de sabor potente (y ligeramente picante) que nos lleva directos a Tailandia.
FÍJATE EN… Algunos de los detalles decorativos del local, traídos directamente del país asiático como, por ejemplo, los retratos de los reyes tailandeses, figuras veneradas en este país.
