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La fórmula artesanal e irresistible de ‘La más croqueta’

Martín López

*** ESTABLECIMIENTO CERRADO ***

Si tenemos en nuestras calles un montón de locales especializados en hamburguesas, pizzas, kebabs, sushi… ¿Cómo es tan difícil encontrar un establecimiento dedicado a algo tan nuestro como las croquetas? Sí, esos bocados emblema de la cocina española a los que nadie puede resistirse, y que lo mismo nos valen como aperitivo o entrante, que como plato principal.

Nuestro nivel de exigencia respecto a este pequeño objeto de deseo posiblemente sea una de las razones, porque si de algo no tenemos duda en el mundo de las croquetas es que no todo vale. El rebozado debe estar crujiente, la bechamel cremosa, tener la cantidad justa de tropezones para percibir su sabor y no ser demasiado aceitosas; cualidades que solo se consiguen si se elaboran con ingredientes de calidad y con mucho, mucho cariño. Precisamente, estos son preceptos que los artífices de La más croqueta se impusieron cuando se lanzaron a crear su propio establecimiento dedicado a este tradicional bocado. Fueron muchos meses de probar ingredientes, ensayar recetas y jugar con las proporciones, hasta que dieron con la fórmula ideal de la croqueta más apreciada por todos, la de jamón. Una vez la tuvieron, pasaron a adaptarla a otros ingredientes y sabores para crear una carta disfrutona y suficientemente variada con la que abrir su primer local. El lugar elegido no podría ser más adecuado: el número 23 de la calle Toledo, justo al lado de la Plaza Mayor.

Llegados a este punto, todos os estaréis preguntando lo mismo: ¿están buenas?. La respuesta es un rotundo SÍ. Las suyas son unas croquetas 100% artesanales, con ingredientes de manifiesta calidad y hechas a mano. Basta echar un vistazo al expositor donde se exhiben todas ellas para comprobar que no hay dos iguales. Todas ellas llegan a diario hasta aquí desde la cocina que tienen fuera de Madrid, siempre frescas (jamás congeladas), y se fríen en su cocina justo en el momento en el que las pedimos. Bastan tan solo 57 segundos en aceite a 160º para que estén en el punto óptimo para consumir, crujientitas (para ello emplean un rebozado con pan convencional) y la bechamel en su punto exacto, ni muy líquida ni muy pastosa.

En cuanto a los sabores, la estrella es la de Jamón. La bechamel, a la que se le ha añadido caldo de hueso de jamón, está especialmente buena; y, además, tiene una cantidad generosa de trocitos de jamón ibérico en su interior. Convencerá a los croqueteros más exigentes, no tenemos duda. En la carta encontraremos una quincena de croquetas más, más una novedad que cambia cada semana y otra de relleno dulce para poder tomar a modo de postre. Algunas con sabores tradicionales y otras que apuestan más por la innovación, pero todas muy logradas y con tropezones de tamaño considerable para que los sabores se identifiquen fácilmente (una de las normas de la casa). Entre nuestras favoritas, la de Carbonara, rellena de bacon, salsa carbonara y una bechamel con salsa de cebolla y algo de bacon adicional para incrementar el sabor. También la de Ahumados, con trocitos de salmón y trucha ahumada; la de Mozarella de búfala y aceitunas negras; y la de Pollo oriental, con un agradecido toque picante de especias tandoori.

Resultan muy sorprendentes también la Mexicana (con queso cheddar y jalapeños), la del Queso azul y la de Setas shiitake, al igual que la Oreo, un croqueta dulce que recomendamos incluir también en vuestro pedido para cerrar el menú con un bocado diferente y azucarado, ¡merece la pena! Todas las croquetas puedes pedirlas por unidades o en packs de 6 o 12, todas ellas bien colocadas en una huevera de cartón y ordenadas conforme nos indica el ticket de compra para que las comamos en el orden que deseamos, y no al azar como suele ocurrir en prácticamente todos los restaurantes.

La más croqueta es también una dirección especialmente recomendable para aquellos que sienten devoción por las croquetas pero no tienen ni la más remota idea de cómo hacerlas en casa. Por eso, sus croquetas se pueden pedir también crudas para freír después en casa, como en cualquier tienda de barrio. De ahí el cartel de ‘Ultramarinos y Croquetería’ que podemos leer en sus ventanales así como la estética de elegante tienda de comestibles que luce el espacio, con barra de mármol, paredes de azulejos con ilustraciones de los productos con que se elaboran las croquetas y mobiliario de madera que dotan al espacio de una agradable calidez.

En resumen, un destino infalible para que podamos dar rienda suelta en cualquier momento a nuestra pasión croquetil, por eso abren de forma ininterrumpida durante todo el día hasta poco antes de la medianoche. Para que nunca nos falten croquetas.

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