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Barrios por descubrir: Tetuán

Madrid es una ciudad repleta de rincones en los que sentirse forastero por unas horas. Con el tiempo perdemos la emoción por conocer todas esas maravillas que encierran sus barrios y acabamos frecuentando los mismos sitios del centro una y otra vez. Por eso hemos consultados a amigos, colegas y nuestros lectores -este reportajes no sería lo mismo sin sus chivatazos- para conocer los restaurantes y bares más populares entre sus vecinos, los lugares que merece la pena visitar y algún que otro rincón secreto que muy pocos conocen. Queremos redescubrir Madrid a los propios madrileños, barrio a barrio, donde se encuentran esos espacios que, pese haber sido creados inicialmente para los vecinos de la zona, tienen suficiente gancho como para atraer público de todos los puntos de la ciudad.

En esta primera parada nos adentramos en Tetuán, un distrito que impresiona por la vibrante multiculturalidad de sus gentes, así como por la llamativa combinación que se produce en sus calles, con zonas de casitas bajas como las del distrito de Bellas Vistas, o con rascacielos como los del complejo de Azca. La extensa Bravo Murillo vertebra el distrito, ejerciendo a lo largo de 3 kilómetros (la distancia entre Plaza Castilla y la Glorieta de Cuatro Caminos) de límite invisible entre la zona financiera, a la derecha (los distritos de Cuatro Caminos y Castillejos), y la zona residencial, más humilde de la izquierda (Bellasvistas, Berruguete, Valdeacederas, Almenara). Así, a un lado de esta arteria podemos ver a hombres de negocio entrando y saliendo de modernos edificios de oficinas, mientras que al otro es más común encontrarse un montón de callejuelas estrechas repletas de negocios (peluquerías, locutorios, bares) dirigidos a las diversas comunidades latinas que desde hace décadas se instalan en la zona. En esta zona, se encuentran muchas de las viviendas unifamiliares de ladrillo visto que fueron construyendo a principios del s. XX los inmigrantes procedentes del campo y que se han convertido en otra de las señas de identidad del barrio.

Tetuán, que se extiende a lo largo de 540 hectáreas al noroeste de Madrid, debe su nombre a la ciudad homónima de Marruecos de donde regresó el ejército tras luchar, en 1860, en la Guerra de África. La Dehesa de Amaniel, parte del actual parque Dehesa de la Villa, fue el lugar elegido para que los soldados montaran un campamento eventual que acabó dando lugar a este distrito tan lleno de vida.

Gracias a los cambios que ha experimentado en los últimos años, este nuevo barrio de moda tiene cabida para todo tipo de negocios. Con establecimientos históricos, restaurantes de cocina internacional y arte urbano decorando hasta los recovecos más inesperados, el vibrante Tetuán nos lleva de viaje sin salir de Madrid.