Tascas viejunas que brillan en su nueva vida

Porque nos gusta el rollito castizo, el de bar de siempre sin más pretensiones, nos encantan las tascas de toda la vida. Y nos gustan más aún cuando se rescatan del olvido, se les da un pequeño lavado de cara -el mínimo posible- y vuelven a brillar con luz propia ofreciendo lo mejor, a precios populares y en pleno centro de la ciudad. Es el caso, por ejemplo, de La Lorenza, un bareto de Lavapiés en el que se come una Tortilla de patatas de 10 y unas Gyozas de pulpo que hacen llorar del gusto. También nos gusta el nuevo rollo que tiene La Embajada de Embajadores, frente al Mercado de San Fernando. Aquí, además de bocatas de albóndigas muy top se pueden degustar unos huevos benedictinos que sientan de maravilla un sábado por la mañana. Yéndonos hacia La Latina, descubrimos Los Tiernos, que fue un bar de toda la vida hasta que hace poco se convirtió en esta tasca que conserva sus raíces y que ya es famosa por sus Bravas y sus Torreznos. Algo similar le pasa a Bodegas El Maño, que se asienta en un local de principios del siglo pasado y por el que no parece haber pasado el tiempo. Bueno, al menos hasta que probamos su Ensaladilla rusa y nos damos cuenta de que esta carta ha ganado en calidad y apunta maneras.

Y es que si algo podemos decir de todos estos locales es que pasar de viejuno a lo cool así, sí.