Hace solo unas semanas todos los medios de comunicación denunciaban que un ayuntamiento de Toledo había censurado una obra de teatro alegando que los protagonistas iban en ropa interior. A pesar de que la función ya se había representado antes en otras 22 ciudades, se consideró que que los personajes fueran en calzoncillos podía escandalizar a los vecinos de Quintanar de la Orden. Se trata concretamente de los cuatro protagonistas de Qué difícil es, montaje dirigido por Esteban Roel y que ahora podemos ver de nuevo en Madrid (aquí ha permanecido en cartel durante dos temporadas) tras finalizar su gira nacional.
La historia que se cuenta es una caricatura a modo de comedia de un episodio que vivieron los propios actores, José Manuel Maciá, Pablo de Castro, Kino Gil y Nico Seijo. Al terminar una función, el director se acercó al camerino para avisarles de que se cancelaba el show, pillándoles -esto es cierto- en ropa interior. A partir de este suceso, el montaje desarrolla una trama donde los cuatro, reflejados en los espejos del camerino, empiezan a ver también reflejada su propia vida mientras navegan por los recuerdos, motivaciones y sueños que los llevaron al oficio de la actuación. Manteniendo el tono de comedia, los personajes irán desvelando episodios personales, que nos llevarán a reflexionar sobre temas tan complejos como el acoso escolar, la sexualidad, la paternidad y los vínculos familiares.
Qué difícil es tendrá una última fecha de actuación el miércoles 31 de enero en el teatro que lo ha acogido siempre en Madrid, el Teatro Alfil (C. del Pez, 10). La entrada puede adquirirse por la web del teatro por 16 € o en taquilla por 20 €.