*** ESTABLECIMIENTO CERRADO ***
Lo han vuelto a hacer. François Poplawsky y Jaime Renedo, los artífices de Pink Monkey, uno de los bastiones asiáticos del barrio de Chamberí, vuelven a la carga con otro local, pero esta vez en el último tramo de la calle Ponzano, hervidero gastronómico y germen de nuevos conceptos culinarios. Se llama Sasha Boom y nace con la filosofía de continuar la estela de cocina asiática fusión desarrollada en el restaurante de Monte Esquinza, pero dando un paso hacia adelante, evolucionando hacia una cocina más global. Ya lo dice su eslogan: ‘Same same, but different‘.
Quienes conozcan Pink Monkey pueden hacerse una idea de qué es lo que se cuece en los fogones de este Sasha Boom, dirigido de nuevo por el joven chef Jaime Renedo: platos del sudeste asiático, reinterpretados con técnicas e ingredientes peruanos y mexicano. Nuevas creaciones en las que los artífices de Pink Monkey evidencian su apuesta por la cocina mestizaje, jugando con los sabores, texturas e ingredientes exóticos. Para ello, se sirve siempre de materias primas y productos de primera calidad –de procedencia nacional en la mayoría de los casos– que son tratados de un modo artesanal, manteniéndose fieles al espíritu ‘Asian craft food‘.
Es por eso que su carta no es demasiado extensa, compuesta por una treintena de platos llenos de imaginación, sabor y raíces, y pensados en su mayoría para compartir y, por qué no, para comer con las manos. Entre las recomendaciones, imposible no mencionar entre sus entrantes los Baos, tanto el Pork Belly con panceta lakada y majado vietnamita como el Soft Shell Craft, relleno de cangrejo y spicy mayo. También para compartir funciona el Satay balinés de pollo con lima, coco y chile. En el apartado de pescados crudos, destaca su Kimuchi de zamburiñas y lima y, si hablamos de los platos más contundentes, no podemos olvidar el Curry rojo thai con carrillera ibérica que tiene, además, una versión vegana. Y es que en Sasha Boom han incorporado toda una sección de su carta con recetas vegetarianas y veganas. Para los que, por el contrario, opten por la carne imprescindible sus Costillas ibéricas glaseadas con puré de albahaca. Para terminar, una sección de chispeantes postres como su Brioche con maracuyá y sorbete de lemon grass.
Una cocina que de nuevo viene muy bien acompañada por la creaciones de autor de los bartenders Igor Lameiras y Alexis Cárdenas Rodríguez, al frente de la barra de coctelería de Sasha Boom. Suyas son las fórmulas del Ling Ling (dulce combinado con sake, licor de almendra, linaza y zumo de lima), Julep Fresh Bali (una particular versión del Mint Julep, con ron blanco y ginger beer), la limonada Spicy Mango (sin alcohol) o el Mojito hecho con kiwi y hojas de huacatay, para tomar en la barra retroiluminada o sentados en la mesa de su salón, decorado al más puro estilo industrial. El interiorista Juanjo Taboada es el responsable de la decoración, de estética muy urbana aunque con un puntito chic, apreciable aún más al llegar la noche, momento en el que la iluminación tenue y las persianas venecianas de su ventanal le aportan un cierto toque señorial; algo que contrasta, y mucho, con la cara más industrial que presenta durante el día.
Completa el espacio su terraza exterior, una zona acondicionada tanto para el verano como para el invierno, porque permanecerá abierta durante todo el año. Un restaurante cien por cien cautivador, desenfadado y elegante a partes iguales, pensado para paladares que disfruten con las combinaciones asiáticas e internacionales, tanto a mediodía, la hora del afterwork o la cena, e incluso hasta pasada la medianoche los fines de semana con sesiones de DJ. Sasha Boom ha llegado al barrio dispuesto a sorprender, y va ser difícil no contagiarse de su actitud y entusiasmo.
* Fotos Juan David Fuertes