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‘Costello Río’, siempre un buen plan

Noemi Navas

Los hermanos Marín querían un sitio en el que comer a cualquier hora. Desde las 10 de la mañana a la madrugada. Con esta idea, los dueños de la sala Costello Café & Nite Club crearon Costello Río, enfrente de Matadero Madrid, un diner americano con tintes internacionales en el que todos pueden estar a gusto. Hamburguesas, raciones, batidos, tartas y cócteles en un espacio cómodo de noche y de día. Cuando hay sol, sus amplios ventanales dan la sensación de estar en una gran terraza, que se materializa en el exterior en cuanto las temperaturas lo permiten. De noche, la decoración industrial le da aspecto de moderno bar de copas.

Los platos principales de la carta son de clara inspiración estadounidense, con ‘guiños a cosas de casa’ en las raciones. Dentro de las hamburguesas, la especialidad de la casa, las más recomendadas son la Gran Cajuna, con la carne de buey marinada en una salsa hawaiana secreta, y la de Lechón (150 gr. de lechón asado). La carne se cocina al horno, lo que le da un toque bastante especial, y se hacen acompañar de patatas fritas caseras. Entre las raciones, pensadas para compartir, encontramos desde nachos o berenjenas con miel hasta distintos tipos de hummus, aunque la estrella son los crujientes de pollo. Completan la carta apetitosas ensaladasbocadillos Al Pan, de combinaciones originales como mousse de oca con almendra tostada (el Amelie), y servidos en tres tipos diferentes de pan (bagel, mollete y tosta).

Costello Río, diner de día y bar de copas de noche

A los postres merece la pena atacar sus tartas, de nombres tan gustosos como Pantera Rosa, Cerveza Negra con Chocolate o Cheesecake con Oreo, o batidos de helado que parecen sacados de Grease. Y todo a un precio más que asequible. Ninguno de los platos de la carta supera en precio los dos dígitos.

Los fundadores han apostado por una decoración en línea con la creada para el Costello Nite para su restaurante. Domina el uso de elementos de reciclaje, como maderas de pallet en mesas y paredes o bidones para las lámparas. Los motivos vegetales recuerdan la apuesta por la zona de Madrid Río, que a los hermanos Marín les recuerda a Brick Lane, en Londres. Pero la definitiva personalidad del local la aporta la excelente selección musical, de soul, funk o rock de todos los tiempos. Tanto es así que, sin pretenderlo, se han convertido en marco de presentaciones de discos, entrevistas, eventos o conciertos -no será extraño que coincidas con alguna estrella de la música, nacional o internacional, haciendo promoción o comiendo tranquilamente en la sala-, tanto para niños como para mayores. Su última baza es un take away en un lateral, con gofres, helados americanos y perritos. El complemento perfecto para un día de exposiciones, conciertos o paseos por el parque.

 

*fotos: Alber Sánchez

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