‘Rolling Dance & Burger’, regresa el ocio sobre ruedas

Los nostálgicos del roller madrileño y los nuevos aficionados a este deporte están de enhorabuena, porque Madrid vuelve a contar con una de sus pistas de patinaje indoor más legendarias, la de la Estación de Chamartín, después de una década cerrada a cal y canto. Este símbolo de los 80 ha regresado con una estética muy diferente a la que lucía en su primera etapa, combinando el patinaje sobre ruedas, con música, sesiones de Dj y un fast food genuinamente americano. Ha nacido Rolling Dance & Burger.

Tanto si se tienen patines como si no -porque se pueden alquilar en el interior- cualquiera puede acceder a sus 900 metros de pista de parquet y ponerse a rodar y bailar, sin rumbo pero en orden, siguiendo la estela formada por el resto de patinadores y cumpliendo con las normas de comportamiento. Una de ellas, quizá de las más evidentes, es que no se puede comer ni beber en la pista. Para eso cuentan con una zona burger y dinner que la rodea al más puro estilo americano, como recién salido de una película de los años 50. Cheeseburger, BBQ hot dogs, aros de cebolla, patatas gajo, ensaladas… son algunas de las opciones de su carta en la que los precios moderados son su punto fuerte.

Para los fines de semana programan diferentes sesiones que combinan la música con el rolling: funky para la noche de los jueves y discoteca para mayores de 18 años durante la noche de los sábados. Mientras que los domingos se apropian del espacio las familias, con descuentos para menores que acudan acompañados de un adulto.

Quienes no saben patinar, o aquellos que simplemente quieren aprovechar para perfeccionar su estilo, pueden apuntarse a las clases que se imparten durante todos los días de la semana: para grupos (solo para adultos, niños o para padres con hijos) divididas en tres niveles (iniciación, básico o intermedio), particulares, en familia, gym class para hacer fitness mientras se patina o incluso de freestyle slalom, para los que tengan un nivel más pro. Todo cabe en esta pista de patinaje, hasta quedadas para fiestas de cumpleaños y otras muchas celebraciones. Pero siempre con una condición: hacerlo sobre cuatro ruedas.