En un barrio como Malasaña, donde no paran de aflorar nuevos comercios dirigidos a un público caprichoso, siempre en búsqueda de la última tendencia, resulta complicada la superviviencia y, más si cabe, ganarse un nombre propio. Pero Wasabi lo ha conseguido con sus artículos de ‘lifestyle & otras cosas innecesarias’ que lucen en sus estantes. Desde bisutería y complementos a tazas, jabones, libros (ensayos sobre gastronomía y cultura popular) y numerosos artículos de decoración y diseño, buena parte de ellos procedentes de Japón, país por cuya cultura sus propietarios sienten devoción. Al igual que por la moda, de ahí la cuidada selección de firmas nacionales emergentes que figuran en el córner de ropa para chica (Compañía Fantástica, Glamorous) y para chico (Wananah, Jimmy Lion) cuyas prendas, al igual que el resto de artículos de la tienda, conquistan a todo tipo de públicos.
Y es que, pese a encontrarnos en la zona más hipster de Madrid, Wasabï busca gustar a todos, de ahí que sea una dirección de lo más recomendable para encontrar tanto un regalo de última hora como para darnos un capricho: relojes y gafas de Mr. Boho, de las que cuentan con modelos exclusivos, botellas ecológicas y reutilizables de Chilly’s, cámaras de fotos desechables o, incluso, conservas y productos gourmet Petra Mora, que siempre quedan de lujo para celebrar momentos especiales.
HELADOS CORLEONE
Aunque para momentos especiales los que brinda también Wasabï desde la incorporación de los helados Corleone. Una marca de ‘helados de autor’ que Cristian Escudero, responsable de la tienda, se ha traído nada más y nada menos que desde Sanxenxo. Para ello convenció a su madre, responsable de la heladería en la localidad pontevedresa, para que trasladara su obrador de helados artesanales a la planta baja de su local en Malasaña, y así -además de tenerla cerquita- podrían dar a conocer a un público mucho más amplio sus magníficos y muy originales helados. Presumen de poder ofrecer más de 150 variedades de helado, de manera que la oferta de cada día en el establecimiento varía casi a diario. Si bien hay algunos que se han hecho tan populares ya, que va a ser imposible reemplazarlos del mostrador. El de caramelo salado y el de gofre belga cuentan ya con su propia legión de fans, aunque el de cinnamon roll y de cookie monster no se quedan a la zaga.
Consciente de que los helados de su madre crean adicción, Cristian ofrece la posibilidad de servir el helado en unas tazas de aluminio para que sus habituales eviten consumir tarrinas de cartón, y hacer de esta forma su pequeña contribución al cuidado del medioambiente. Las tacitas le permiten también poder servir uno de los postres que más le han fascinado en sus viajes a Reino Unido, los mugcakes: tazas rellenas de bizcocho y coronados con una bola de helado que ayudarán sin duda a que el atractivo de su heladería no quede solo ligado a los meses de buena temperatura. Por allí podremos pasar también a tomar café, sándwiches y piezas de repostería varias que, fieles al espíritu de Wasabï, han sido seleccionados para proporcionarnos pequeños grandes momentos.
*Fotos: Alfonso Ondarroa