‘Eturel’, tejidos tradicionales que lo petan en La Latina
Si uno piensa en La Mancha, más allá de la imagen del Quijote y los molinos, pensamos en esos pueblos blancos, dedicados en su mayoría al campo. Precisamente en las casas de esas pequeñas localidades es donde suelen emplear los tejidos que Eduardo Turel ha traído a Madrid y, más concretamente, a la calle de la Ruda. En esta pequeña tienda a la que le sobra la dosis de encanto se venden objetos -decoración, hogar, accesorios…- realizados artesanalmente y a partir de esas telas estampadas que nos llevan directamente a los pueblos más auténticos, a esas zonas rurales de España. Y es que Eduardo, además de ponerle su apellido a la tienda -Eturel- le ha puesto también su alma manchega, concretamente su pedacito de Tembleque, el pueblo toledano en el que nació.
La aventura que ha dado lugar a una de las tiendas más llamativas y coloridas de la zona comenzó un verano en el que Eduardo, que siempre había trabajado en el mundo de la moda, le pidió a su madre que le enseñase a coser. Así, de forma amateur, comenzó a coser cojines con telas tradicionales de las que podía encontrar en su pueblo. Y es que el sueño de este manchego era convertir aquellos estampados y productos tan típicamente rurales en algo chic que pudiese encajar en la estética de un piso en una gran ciudad. Y vaya si lo ha conseguido. Cualquier madrileño de nacimiento o de adopción que viva aquí, querrá tener en su casa alguno de estos objetos. Imposible resistirse.
ACCESORIOS Y ARTÍCULOS DECORATIVOS ÚNICOS
Solo un par de años le han servido para ampliar su gama de productos, para buscar nuevos proveedores y encontrar telas estampadas típicas de otras regiones españolas. La procedencia de los tejidos comenzó siendo únicamente manchega pero, poco a poco, se amplió a otras regiones como la Alpujarra granadina o algunas zonas de las Islas Canarias. Y es que ha pasado de hacer algunos diseños para familiares y amigos a formar un potente e-commerce y ahora abrir las puertas de esta tienda en la zona de el Rastro. Para hacer frente a la demanda -tanto de la tienda como de su shop online-, Eduardo cuenta ahora con un equipo de costureras que le echan una mano para llegar a tiempo. De hecho, al fondo de su tienda encontramos un taller donde él hace los metrajes y corta absolutamente todas las telas que salen de Eturel.
Así, crea una serie de objetos que se exponen con gracia y sobrado estilo en la tienda de La Latina. Aquí hay cortinas, cestos de diversos tamaños para almacenaje del hogar, manteles, caminos de mesa, cojines, tote bags -uno de los best seller de la firma-, capazos para la playa, delantales o neceseres, entre otras alternativas. Una de las vertientes más fuerte del negocio es la de potenciar la compra sin plásticos. Para ello, ha creado toda una colección de bolsas y bolsos que son perfectos para ir al mercado. Las hay de diferentes formas y con diversos acabados pero todas ellas caracterizadas por los estampados ‘eturel’. De hecho, como detalle hacia las mujeres de su pueblo, fuente de inspiración de muchos de sus productos, Eduardo ha optado por llamar a las colecciones con los nombres de sus vecinas: ‘Sole’ para los cojines, ‘Juana’ para las cestas de almacenaje o ‘Narcisa’ en el caso de los delantales.
En la tienda de La Latina se venden también fragancias para el hogar que encajan con la filosofía Eturel, al igual que las flores preservadas que se distribuyen por toda la tienda. Un local polivalente en el que se trabaja cada pieza de principio a fin. Un conjunto que da lugar a un bonito homenaje a las raíces y las tradiciones, con la reivindicación de que lo cool, efectivamente, ya estaba inventado.
