Ay, el chocolate. Pocos productos se conocen que sean beneficiosos tanto para la salud como para nuestro estado emocional y, además, estén tan buenos. Al igual que hay multitud de estudios que demuestran que, entre otras muchas propiedades, es un potente antioxidante que ayuda a controlar el colesterol y contribuye a mejorar nuestra memoria; hay otros muchos que aseguran que su consumo mejora nuestro humor, creatividad e, incluso, le atribuyen propiedades afrodisíacas. Quizás por eso el oro más preciado del imperio maya se ha convertido en objeto de deseo en todas sus formas. Su consumo siempre es sinónimo de felicidad, de ahí también que se haya convertido en uno de los mejores regalos cuando queremos felicitar a alguien o decirle lo mucho que le queremos.
Así que no podemos más que calificar como «felicidad máxima» el descubrimiento de esta pequeña tienda de bombones y chocolates artesanales en la calle Espartinas en el barrio de Salamanca, 24 Onzas. Aquí su propietaria, Carmen Capote, vende directamente al público los bombones, tabletas, trufas o helados que diariamente elabora en el obrador que se esconde en la planta baja del local. Para quienes no conozcáis aún a Carmen -decimos «aún» porque sabemos que su nombre pronto dará mucho que hablar- debemos contaros que esta emprendedora nacida en La Palma estudió cocina y pastelería en la prestigiosa Le Cordon Bleu de París. De ahí, pasó a trabajar en la Brigada de pastelería del Presidente de Francia, donde adquirió buena parte de los conocimientos que ahora practica en bombonería, pastelería y elaboración de helados. Su trayectoria profesional incluye también períodos de formación y trabajo en Alemania que le ayudaron a definir claramente el proyecto con el que se presentaría en Madrid: una chocolatería de autor en la que ofrecer al público bombones y tabletas de estética y sabores creativos, a la que finalmente denominaría 24 Onzas.
Según nos contó la propia Capote, estaba convencida de que «en Madrid había un hueco para este tipo de productos que no estaba cubierto aún». Seguramente estaba en lo cierto pero, aunque no lo estuviera, 24 Onzas encontraría su hueco igualmente, pues lo que allí encontramos es realmente extraordinario. Solo hay que ver el constante goteo de público, llegados desde todos los puntos de Madrid, para hacerse con las nuevas creaciones y sabores que Carmen saca a sus expositores regularmente. Por no hablar del pelotazo que su marca dio en las redes sociales poco tiempo después de presentarse oficialmente (la tienda abrió al público en noviembre de 2019) que le obligó a mantener la producción durante los meses de confinamiento para responder a los pedidos que le llegaban de todos los rincones de España. Algo totalmente entendible pues sus chocolates son todo un regalo para los sentidos, tanto por la calidad del chocolate (trabaja con chocolates de diferentes marcas, orígenes y porcentajes), como por la originalidad de sus sabores (combinaciones de distintos chocolates, frutas exóticas, frutos secos y licores) o sus atractivos diseños.
ARTE EN CHOCOLATE
Sus bombones, por ejemplo, son auténticas obras de arte. Sus formas están inspiradas en los ingredientes que los componen (solo productos naturales, que conste), sobre las que después aplica diferentes técnicas con pincel, aerógrafos, cepillado… para darle un aspecto aún más fascinante. Mira si no la cobertura de sus bombones de Arándano y peta zeta de yogur, o el de Caramelo de yuzu, ganache de té verde, praliné de sésamo negro y crema de umeboshi (ciruela), dos de nuestros favoritos, ¡toda una maravilla! O el de Ganache de plátano y dulce de leche con crema de cacahuete y el de Té americano, ganache de té negro de Ceylán, limón y canela, que parecen creados por un artista contemporáneo. Al igual que sus bombones rellenos, que no desentonarían en el escaparate de cualquier joyería. En su cuenta de Instagram puedes admirar todos los prodigios que cada día salen de su obrador, aunque te advertimos que al natural el atractivo se multiplica por 10.
Otro de sus productos estrella son las tabletas de chocolate que, como es de ley, contienen 24 onzas. Aunque las suyas no son tabletas al uso, más bien podríamos calificarlas como «tabletas creativas» con diferentes sabores y toppings, y de grosor muy fino para que apreciemos el auténtico sabor del chocolate. Las favoritas de sus fieles son la de Chocolate Rubí con toppings de cereales bañados en distintos chocolates y peta zetas de yogur, o la 24 Onzas, con cobertura de chocolate negro y rellena de Macadamia y popocorn con cobertura de chocolate negro, pero todas ellas son de lo más top.
El catálogo de la tienda (también disponible al completo en su tienda online) se completa con trufas de licor, orangettes (gajos de naranja confitados) y grageas (frutos secos bañados de chocolate). En invierno, de cara las navidades, también elabora sus propios turrones, y ya en verano, helados. Aquí debemos detenernos un poco, pues los helados de 24 Onzas son también fuera de lo común. La fórmula es sencilla, helado de fruta con cobertura de chocolate, pero los sabores y las combinaciones que ofrecen son maravillosas: Maracuyá con chocolate blanco, Frutos rojos con chocolate negro o, atención a este, Crema de chocolate negro con arándano negro bañado en chocolate rubí, ¡de morir!
Con 24 Onzas Carmen Capote no solo cumple un sueño, también ha materializado el de muchos chocolate lovers que van a encontrar en 24 Onzas algo parecido al paraíso. Y no será el único, pues la pastelera está ultimando la apertura de una nueva chocolatería en Zurbano , 54 donde también servirá chocolate a la taza y muchos otros productos dirigidos a los más chocolateros en Chamberí. ¡Estamos contando los días!