Sigue la pista – Mayo ’16

Abrió de forma sigilosa hace tan solo unos días y ya se ha convertido en todo un fenómeno foodie en las redes sociales. Es un caso ejemplar del funcionamiento del boca-oído, que ha hecho que conseguir mesa libre en este restaurante -sobre todo en fin de semana- sea misión imposible. Hablamos de NoName, un nuevo restaurante de fusión asiática, estética rompedora y precios aptos para todos los bolsillos, de cuya cocina se ocupa el chef madrileño Sergio Pérez (NoDo, Westin Palace), al que muchos conocerán por su labor de director del laboratorio gastronómico ChefsLab.  El espacio, planteado como una izakaya urbana con graffitis, mucho metal y objetos decorativos de estilo nipón va más allá de lo gastronómico y cuenta con una potente barra de cócteles (en su mayoría con sake como ingrediente principal), cabina para DJ y una sala para eventos y fiestas privadas.

No obstante, aunque NoName apunta alto, conviene señalar que el restaurante aún necesita algo de rodaje, especialmente en lo referente al servicio. Lo mismo sucede en cuanto a la comida, pues los platos buenos son muy buenos, pero hay otros que todavía necesitan perfilarse (o directamente ser relevados). Entre los top, obligados la ensalada Noname (con wakame, kanikama, salmón, kimuchi, tobiko y black kanuki), el taco de salmón (taco frito de salmón con salsa acechada), la tuna pizza (de masa finísima y crujiente, con tataki de atún, ali oli y vinagreta), la burger wayega (mitad carne waygu, mitad rubia gallega, con mayonesa de wasabi y cebolla caramelizada) o el yellowtail roll (un uramaki de kanikama, yuzu y mayonesa de trufa). Eso sí, las raciones son muy generosas y, aunque apetece pedir platos para probarlo todo, conviene ser cauto si queremos llegar a los postres (tarta de queso japonesa con té verde, tiramisú matcha).

No es un restaurante convencional, y hay que ir mentalizado para ello. De hecho, hasta el horario es inusual, pues sólo abre las noches de martes a sábado a partir de las 21h (viernes y sábado, ofrecen doble turno: 21 y 23h). El precio medio, difícil de mejorar: 20-25€. Seguiremos su evolución.

Más info y reservas en su web.

Uno de los espacios habituales del verano, la Terraza del Museo Reina Sofía, tiene dos nuevos y flamantes inquilinos: los inquietos Iván Morales y Álvaro Castellanos, o lo que es lo mismo, el Grupo Arzábal. Y es que, su más reciente inauguración, la Taberna Arzábal Reina Sofía, sale a la calle ocupando el espacio de la terraza del museo. Lo mejor es que estará operativa durante todo el año  y no solo durante los meses de verano, en formato non-stop desde la hora del desayuno y hasta bien entrada la madrugada.

Su aspecto es el de un jardín verde y frondoso, un oasis urbano con cenador, dividido en varios espacios diferenciados. De todos ellos sobresalen un salón cubierto con aspecto de invernadero para las citas más románticas y una zona con mesas de terraza dispuestas de un modo más informal, además de la zona de barra con mesas y banquetas altas y los indispensables sillones chill para los momentos de relax, sobre todo ahora que se acerca el buen tiempo y el cuerpo empieza a pedir algo más de marcha. En el apartado gastro se mantiene la línea de platos con tradición, esos que en esencia recuerdan a los guisos de antaño, pero reinterpretados y mimados por estos dos locos de la cocina. La gran sorpresa, si cabe, es la presencia de una gran parrilla al aire libre de la que saldrán carnes, verduras y pescados a la brasa diariamente.

La Terraza de Arzábal (Santa Isabel, 5) permanecerá abierta de 10 a 02h durante los 365 días del año.

Vais a encontrar en Madrid infinidad de sitios de pizzas, pero pocos donde se hagan siguiendo los estrictos cánones de los maestros napolitanos, los que elaboran las pizzas con el borde alto y crujiente, y el centro blandito, para comer con cuchillo y tenedor. Ornella, la flamante trattoria del equipo del Grupo Pulcinella -toda una autoridad de la cocina italiana en la capital- en la calle Velázquez es uno de ellos. Ofrecen, además, hasta una docena de recetas distintas de este plato italiano, desde las populares Margherita (con tomate San Marzano, aceite de oliva y albahaca) o Parmigiana (tomate, mozzarella, berenjenas y láminas de parmesano), hasta versiones más experimentales como la Diavola, nuestra favorita, con salami picante, aceitunas negras de Gaeta, tomate y mozzarella de búfala. Y aunque este plato justifica por sí solo la visita,  no es el único: su tiramisú casero también es otro fuera de serie; de empezar y no parar, vamos. Precio: 13,90€.

A pesar de su ubicación en la zona de Azca, su look contemporáneo y la abundante presencia de público en traje de chaqueta durante el día (su impecable menú del día explica en gran medida este fenómeno), Nest Organic es un restaurante a tener muy en cuenta. Especialmente para los que miran con lupa el producto, pues aquí, todo los ingredientes que se emplean en cocina tienen certificado 100% ecológico. Buena parte de ellos proceden de la huerta que sus responsables poseen en Cuenca, y el resto de productores artesanos, de ahí que todos sus platos aportan salud y vitalidad.

Entre los destacados, la lubina a la sartén. Pescado procedente de acuicultura, criado en algas marinas (lo que permite una alimentación más estable que la salvaje) y, por tanto, un índice más alto Omega 3. Se presenta sobre una cama de verduras (judía, coliflor, zanahoria y pimientos) y espárragos de temporada. Para acompañarlo -no quepa duda-, uno de sus vinos biodinámicos, basta con dejarse asesorar. Es un lugar que fascinará a los defensores de una vida más sana. Precio: 19,50€.

Poco a poco, y sin hacer demasiado ruido, Sinfonía Rossini ha conseguido ganarse el favor de los aficionados a la cocina italiana en Madrid, y no hay una lista de ‘Los mejores italianos en Madrid’ que no incluya su nombre entre los primeros clasificados. Suponemos que al igual que los quesos, pastas o risottos, la calidad del tiramisú en el apartado postres debe servir de indicativo para valorar cada restaurante dentro de esta categoría. Y en el caso de Sinfonía Rossini, el tiramisú alcanza la excelencia más absoluta: con forma de esfera, de sabor dulce y delicado, y base de galleta despedazada con café. Un postre que de por sí solo justifica la (merecida) fama del restaurante. Precio: 8€.

Precio: 8€,

Mucho se está hablando del regreso del nuevo proyecto de los hermanos Villalón (El Padre) a las espaldas de Gran Vía, Angelita. Un restaurante de cocina tradicional, con una prolija oferta de vinos (más de 500 etiquetas en su bodega), y una coctelería semiclandestina en la parte inferior, donde es posible tomar cócteles de corte clásico con algunas tapas ya enfocadas a la fusión internacional. Pero no queda aquí la cosa, pues aprovechando su inmensa bodega los Villalón junto con el barman Borja Goikoechea han creado una segunda carta de cócteles con recetas originales y versiones de los grandes clásicos.

El más sorprendente, tanto por su sabor como por el ritual que requiere su preparación, es el De Manhattan a Montilla, elaborado con whisky de centeno, vermut  modificado con vainilla, un ligero aroma de amontillado viejo que distribuyen alrededor de la copa en forma de spray, angostura y, como final, una cereza caramelizada. Los precios no son excesivamente baratos, pero en este caso, son sinónimos de componentes de altísima calidad y un servicio inmejorable; es lo justo. Precios cócteles: 9-11€.

En junio llega a su fin Bach Vermú, el ciclo de conciertos con el que el Auditorio Nacional ha repasado la obra para órgano de Bach. Y, aunque en principio esto de la música barroca para órgano puede echarte para atrás, te aseguramos que se trata de una experiencia de lo más estimulante. A las 12:30h, concierto en la sala Sinfónica del auditorio a cargo de uno de las grandes organistas internacionales del momento (una hora de duración). Después, paso al hall del teatro para disfrutar de la música en directo de Bach Jazz! (sí, más temas del compositor barroco, pero en clave jazz) y aperitivos en la zona gastronómica, que se extiende en la zona de entrada, donde podemos tomar diferentes vermuts de Madrid, encurtidos, empanadas, pinchos o dulces artesanales. Y a precios prácticamente simbólicos (1-2€ por bebidas y aperitivos), al igual que el de las entradas al evento (5€).

Sólo quedan tres sesiones, los días 7 y 21 de mayo y 4 de junio, por lo que date prisa si no quieres perderte una de las citas más singulares de la ciudad. ¡Avisados estáis!