‘Le Tavernier’, el rooftop con aroma a mar

La de Le Tavernier es posiblemente la azotea más codiciada de la Gran Vía. Y no lo decimos solo por sus estupendas vistas, su animado ambiente o su sobresaliente oferta gastronómica, es que en este rooftop se respira aroma a mar. ¿La razón? La gestión de este increíble espacio de 500 metros cuadrados comparte nombre, filosofía y estética con un popular pub ubicado en las galerías de La Marina de A Coruña. Este está inspirado en la historia de un marinero llamado Breixo que, tras navegar durante décadas, decide quedarse en tierra y montar una taberna en la que mostrar a los coruñenses toda la cultura, brebajes y recetas que ha descubierto en su viajes. Recetas que, además, se atreve a elaborar con los productos más genuinos de Galicia haciendo de Le Tavernier un sorprendente y amable espacio que todos quieren visitar.

Aunque estar cerca del mar le es imposible, la sucursal madrileña de Le Tavernier, sí ha podido instalarse en la calle más emblemática, en la espectacular terraza en la última planta del hotel Le tavernier, el rooftop con aroma a mar de Madrid Gran Vía (entrada por calle de Mesonero Romanos 13) donde ha replicado el ambiente portuario que se respira en La Marina coruñesa. Las vistas al mar cambian por el skyline madrileño pero por lo demás mantiene todos los platos, bebidas y eventos que le han convertido en uno de los grandes referentes de la ciudad gallega. Y en Madrid, estamos seguros, va a repetir la hazaña. En primer lugar por su insuperable localización, en el que podríamos denominar el rooftop más extenso de la Gran Vía (si obviamos al del Hotel Riu Plaza de España). Este cuenta además con un atractivo interiorismo, firma de premiado estudio Iván Cotado, abundante vegetación natural y diferentes zonas para comer de forma informal, tomar unos cócteles o relajarse con lxs amigxs, más un secret room que se puede reservar para eventos, comidas o presentaciones.

Y después por su propuesta gastronómica que, como ya anunciamos, tiene un considerable nivel y, además, unos precios tremendamente competitivos si tenemos en cuenta el trabajo que hay detrás y la calidad de los productos que emplean. Lo suyo son platos de carácter informal, pensados en su mayoría para compartir y que, como se propuso Breixo, mezclan recetas de distintos puntos del mundo con productos típicos gallegos. Es el caso de los Nachos con Zorza (totopos mexicanos con el picadillo de cerdo tradicional de Galicia), la Focaccia de sardina ahumada, que incorpora queso San Simón de da Costa, o la Lacon Burger, una hamburguesa de lacón y crema de queso de Arzúa.

Pese a su vocación cosmopolita, Le Tavernier ha querido incluir en su propuesta platos tradicionales como la Mini tortilla de Betanzos, Croquetas de jamón ibérico y de cigala o Patatas bravas con alioli. Aunque lo que más triunfan son, por este orden, su versión del castizo Bocata de calamares, que en esta taberna portuaria se elabora con finas tiras de calamar, pan de cristal prensado y alioli de ajo negro -el resultado se sale-; y su fabuloso Bocata de carrillera de vaca gellega, que se ofrece en pan de brioche, salsa de mostaza antigua y cebolla roja. De postre solo hay dos opciones, aunque ambas sublimes: Tarta de queso azul gallego con puré de orejones y los famosos Canutillos de Carbaliño, rellenos de vainilla y chocolate blanco. Tan difícil os va a ser elegir, como compartirlos después, así que la mejor solución es pedir los dos.

En cuanto a la oferta etílica. Le Tavernier cuenta al igual que en A Coruña con una deslumbrante oferta de espirituosos llegados de todas partes del mundo, muchos de ellos pertenecientes a marcas poco conocidas en estos lares. Gracias a ellos se permite ofrecer una apabullante carta de cócteles, con todo tipo de opciones, desde combinados pre-dinner y after-dinner de creación propia, short-drinks (cócteles cortos con destilado y algún zumo de fruta) hasta una larga lista de clásicos que no podrían fallar en un espacio que quiere contentar a todo tipo de público. Todos cumplen en mayor o menor medida pero si hay alguno que apunta a convertirse en icono de este rooftop capitalino es el Ron Pornstar Martini (ron, fruta de la pasión sirope de vainilla, zumo de lima), fórmula que viene acompañada de un chupito de cava que podemos mezclar o reservar para el final.

Hay también multitud de vermuts, vinos y, cómo no, cervezas de la marca más reconocida de Galicia, que cuenta con una barra propia donde exhibe todo su catálogo de birras. La intención es que la terraza sea un destino idóneo para cualquier momento del día, tanto si queremos acercarnos a tomar el aperitivo como para disfrutar cóctel en mano de las plácidas noches de verano. En este último caso, estad atentxs porque en el pequeño escenario que ocupa el centro de la terraza se suceden a diario pequeños conciertos y sesiones de DJs que harán más increíble, aún si cabe, nuestro paso por este oasis portuario.