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‘Anana’, bowls con acento tropical

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*** ESTABLECIMIENTO CERRADO ***

Si cerrases los ojos y pudieses imaginar un oasis caribeño en medio de la ciudad, a buen seguro se parecería bastante a Anana (término anglosajón para referirse a la piña), un restaurante que nos acerca a un verano de trópico, selva, aguas cristalinas y fruta fresca. Ubicado a medio camino entre Bilbao y Alonso Martínez, su coqueto local es el primer reclamo que nos invita a entrar cuando pasamos ante su puerta. Y es que sí, aquí además de disfrutar de su cocina de inspiración internacional, fruto de la unión de cultura venezolana y española de sus fundadores, Anana es el escenario ideal para un shooting de carácter estival/ festivalero propio de un videoclip indie. Una atmósfera creada gracias al estudio de arquitectura e interiorismo Id.Real.

A los mandos de la cocina se encuentra Alejandra Morrison, chef con experiencia en otros restaurantes madrileños. Ella misma ha sido quien ha diseñado la carta. Una propuesta gastro que baila (a ritmo tropical, por supuesto) entre lo saludable y la comida que más nos gusta, tal y como nos cuenta Carlos Leggio, uno de los socios fundadores de este proyecto. Por ello, la estrella de esta carta son los bowls, resultado de este concepto. Entre ellos llaman la atención sus Anana Bowl, en los que la cáscara de la piña actúa como vasija que contiene el arroz o quinoa, brotes de ensalada, aguacate, tacos de pescado crudo y el resto de ingredientes que forman el bowl al gusto del consumidor.

Además de este original plato, uno de los aspectos que diferencia Anana de otros restaurantes del estilo son sus platos calientes, también servidos en bowl. Entre ellos, destaca el Pollo coco teriyaki con puré de boniato y edamame. En el apartado dulce, sin duda la opción es el Açai bowl con granola, frutas frescas y nueces. Especial atención también a sus barritas veganas que nos recuerdan a las Snickers pero en su versión más saludable y deliciosa. En la parte líquida, pide uno de sus smoothies 100% naturales y sin azúcar, elaborados con frutas y verduras frescas. Unas bebidas que suman a ese acento tropical y multicultural que respira Anana y que vibra en el hilo musical que suena sin descanso (y con mucho flow) en su local de la calle Sagasta. Un soplo de aire fresco y ritmo que apunta maneras para ser uno de los restaurantes más instagrameables de la capital.

ANANA Bowl

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